Heilogàbal cierra temporalmente a la espera de poder ampliar el aforo

Concierto del grupo Za en la sala Heliogàbal, en febrero del 2014.

Concierto del grupo Za en la sala Heliogàbal, en febrero del 2014.

NANDO CRUZ / BARCELONA

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El Heliogàbal cerrará sus puertas, como mínimo, hasta octubre. Esta es la decisión que han tomado los responsables del bar de Gràcia tras cuatro meses sin programar conciertos en los que no han hecho más que acumular deudas y ante el horizonte de cuatro meses de obras para adecuar el local.

La circular que ha oficializado el ayuntamiento también beneficia al Heliogàbal. Sin embargo, la imposibilidad de doblar el aforo (ahora es de 39 personas) le impide programar conciertos mínimamente rentables. Esa ampliación de aforo pasaría por acometer unas obras que habilitasen una salida de emergencia; unas obras para las que el distrito de Gràcia no les podía conceder una licencia hasta que entre en vigor el nuevo plan de usos.

Todo apunta a que el nuevo plan de usos entrará en vigor a finales de mayo. "Eso nos permitirá hacer obras que hace años que pedíamos: poner los váteres que haga falta y abrir una salida de emergencia si es necesaria", celebra Miquel Cabal, el gerente del Heliogàbal. "Y con estas adaptaciones, podremos optar a hacer un número limitado de conciertos y esperar que se cree la nueva categoría (de espacio de música viva o bar cultural)", añade.

LA PREVISIÓN

La previsión es iniciar las obras en julio y, en el mejor de los casos, reabrir a mediados de octubre coincidiendo con el 21º aniversario del bar. Pero Cabal no quiere precipitarse. "No empezaremos las obras sin tener claro que esa categoría existe o existirá. Y habrá que ver si el nuevo equipo de cultura tiene las mismas prioridades", apunta, temiendo que los pactos en el ayuntamiento hagan que la cartera de cultura pase a otro partido. "Las obras cuestan un dineral y si no han de servir para nada no las haremos".

El Heliogàbal dejó de programar conciertos a mediados de enero. Al no tener actividad cultural, no atrae público. Y no hay negocio que aguante tanto tiempo inactivo. "Por eso tenemos deudas, por eso hemos decidido cerrar y por eso todo es un drama. Despedir a las últimas cinco personas que había contratadas ha sido bastante terrible", confiesa Cabal. 

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