El Ayuntamiento ya desvinculó en agosto la Guardia Urbana de la disolución de manifestaciones

El nuevo jefe de la Guardia Urbana, Amadeu Recasens, ya anticipó el pasado mes de agosto en una entrevista con EL PERIÓDICO su propósito de desvincular al cuerpo policial municipal de tareas relacionadas con operaciones antidisturbios como la disolución de manifestaciones violentas. El actual comisionado de Seguridad, que depende directamente de Alcaldía, 

Recasens consideraba que no era "correcto" utilizar el término antidisturbios para referirse a unidades de la policía local barcelonesa que han participado en desalojos o dispersión de concentraciones, como la Unidad de Apoyo Policial. "Existen unas unidades de apoyo policial con unas funciones que considero necesarias. Cuando hablamos de antidisturbios nos referimos a la disolución de manifestaciones violentas. Y eso no es tarea de la Guardia Urbana", señalba el exdirector de la Escola de Policia de Catalunya y uno de los padres de la ley que articuló la consolidación de los Mossos d'Esquadra. Y promovía un cuerpo con el que "volvieran a retratarse los ciudadanos".

El jurista consideraba que la Guardia Urbana ha de tener un papel de "policía de proximidad" y dejar a los Mossos las tareas de seguridad general en todo el territorio. Y apostaba por recuperar el civismo entre los barceloneses y dar "una mayor participación del ciudadano en su seguridad antes que crear nuevas estructuras" policiales o parapoliciales como un cuerpo de agentes cívicos o similar.

La CUP exigió este miércoles al equipo de gobierno municipal de Ada Colau que disuelva la Unidad de Apoyo Policial de la Guardia Urbana, una medida que el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, recordó que ya habían planteado nada más llegar Barcelona en Comú a la alcaldía.