Gerardo Pisarello: «BCN no puede vivir sin el turismo ni solo del turismo»

Entrevista con el número dos del Ayuntamiento de Barcelona, brazo firme de la alcaldesa Ada Colau

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Gerardo Pisarello, nacido en Argentina en 1970, llegado a Barcelona en el 2001, doctor en Derecho y vecino del Eixample, ha pasado de la docencia al gobierno municipal en un abrir y cerrar de ojos. Desde hace un mes es número dos del Ayuntamiento de Barcelona, brazo firme de la alcaldesa Ada Colau. Teniente de alcalde de Trabajo, Economía y Planificación Estratégica.

- ¿Cómo encaja un experto en derecho constitucional como portavoz del ayuntamiento y edil de Economía?

- Soy un profesor atípico, siempre con un pie en la academia y otro en lo que pasa en la calle. Llevo muchos años involucrado en las cuestiones públicas, en derechos sociales y políticas sociales. Hacerlo en el ayuntamiento supone un salto cualitativo que solo podemos afrontar siendo un equipo más amplio que se está consolidando. Y con el apoyo de muchos profesionales de la casa.

- ¿Saltar del activismo al gobierno supone rebajar el ideario?

 

- La ciudadanía nos ha votado porque aspira a introducir cambios.

 

- ¿Por qué Economía?

- Tiene mucho que ver con el modelo de ciudad. Incluye Trabajo y Planificación Estratégica. La cuestión del trabajo es central, creemos que un proyecto económico al servicio de los vecinos ha de estar fundado en la protección del trabajo y la redistribución de la riqueza. Con actividad económica sostenible y que redunde en beneficio de la ciudad.

-¿Hacia dónde apunta su planificación estratégica?

-Poner orden en muchos sectores, planificar y gobernar la economía de la ciudad con los actores sociales y económicos. Sobre todo con los vecinos y vecinas. Barcelona tiene muchos recursos y no siempre son utilizados de manera eficaz y justa.

- ¿Cuál fue el primer tema que abordó al sentarse en este despacho?

 

-Pensar cómo cambiar el modelo productivo de la ciudad y cómo generar ocupación digna. El desempleo y precarización son la principal preocupación de los barceloneses. Empezamos con las cuestiones de emergencia social, inmediata, y dar cumplimiento a nuestro plan de choque. Y luego a mediano y largo plazo generar condiciones para que haya trabajo digno.

-¿De qué manera?

-Diversificando. Tenemos una fuente de riqueza importante que es el turismo, pero creemos que tiene que ser gobernado para que redunde en beneficio de la ciudad. Hay que entender que Barcelona no puede vivir sin el turismo pero tampoco solo del turismo. Hay otros sectores que tienen que ser impulsados, como el de la renovación energética, la rehabilitación urbana y la innovación tecnológica. Y el de la atención a las familias. Forman parte de la economía del futuro.

- ¿Cómo casar esta nueva Barcelona más social con la ciudad cosmopolita que se proyecta al mundo?

 

- Es nuestro reto. Vivimos en una economía capitalista financializada que está generando problemas. Y eso es reconocido por muchos líderes. La globalización debe regularse. Las grandes corporaciones deben ser controladas para que la actividad económica pueda ser más eficiente y justa. Protegiendo a pequeñas y medianas empresas y al pequeño comercio de proximidad. Y a la economía local y sus trabajadores.

- Frenando el alojamiento turístico ya tienen en contra a un peso pesado de la economía local…

 

- Nos hemos reunido con ellos. La suspensión es temporal, cautelar, que no va en contra de nadie sino en beneficio de la actividad turística, que tiene que ser sostenible o acabará degradándose y eso no le conviene a nadie. Para protegerlo es necesario que el conjunto de la ciudadanía participe en la redefinición del modelo turístico. Hay cosas que han funcionado bien y otras que no, sobre todo en determinados distritos.

- En el anterior mandato ya hubo una mesa multisectorial con participación ciudadana...

 

- ¡A la audiencia pública no asistió el propio Trias! Somos conscientes de que se expresan los ciudadanos que tienen quejas. Pero llevan tiempo alertando del riesgo de una burbuja turística y hay señales de alarma que no fueron escuchadas. Ahora hay quien tiene mucha más capacidad de hacer sentir su voz...

- ¿Qué pasa con la treintena de proyectos hoteleros que con la moratoria se han quedado paralizados antes de su obtener la licencia?

 

- Había 43 hoteles que ya tenían licencia concedida, a los cuales no afecta y que seguirán adelante. La treintena que estaba en trámite están incluidos en la suspensión y el ayuntamiento no abre la puerta a conceder ninguna licencia de forma extraordinaria. Se estudiarán, pero ya de cara al nuevo plan especial de regulación del próximo año.

- ¿Tiene las líneas maestras de lo que será ese plan especial?

 

- La idea de salida es reducir radicalmente la carga de la presión turística en algunos distritos, como Ciutat Vella y Eixample, y estudiar en qué zonas podía hacerse un reparto de la actividad y repartir el beneficio.

-También hay roce con los restauradores por la pugna de las terrazas.

- Hay que asumir que hay una ordenanza no aprobada por este gobierno pero que debía aplicarse por imperativo legal. Y hay que ser muy flexible para encontrar el equilibrio de los intereses de la restauración y los propios vecinos. Los dos son importantes y han de dialogar.

- Los sectores económicos de Barcelona les temen.

 

- El 95% de empresas en la ciudad son pequeñas y de menos de 10 trabajadores. Las grandes superficies no pueden crecer de forma ilimitada y muchos comerciantes nos dan la razón. También muchos empresarios comparten que hay que tener un operador propio porque las tarifas eléctricas son desmesuradas. Y el sello de calidad del empleo empieza en las contrataciones del propio ayuntamiento. Crearemos una etiqueta ecosocial para que Barcelona sea referente de empleo de calidad.

- ¿Qué harán con los horarios comerciales en domingo?

- No compartimos el modelo de liberalización o desregulación del Partido Popular. Genera desequilibrio. En Barcelona nos hemos encontrado un modelo de horarios que no compartimos pero es difícil cambiar ahora porque ha de pasar por plenario y es tarde. Lo que tendremos este verano es de transición. Luego tendremos que encontrar ese equilibrio. Y habrá que acostumbrarse a que haya actividades económicas que puedan incentivarse en unas zonas, como el pequeño comercio en la periferia, y otras que deben ser más reguladas en otras. Hay que estudiar los impactos para cada sector.

- ¿Reimpulsarán Barcelona Activa?

- Para nosotros es una pieza central de los cambios. Estamos trabajando en su reforma para que sea el motor de la creación de nuevas formas de ocupación. Ha de ser palanca de apoyo a nuevos sectores económico. Faltaban recursos y orientación política, con liderazgo público y mirando al partenariado público y, sobre todo, cooperativo, no solo al público-privado.

- Los emprendedores se quejan de lo complicado que es abrir un negocio en esta ciudad.

 

- Es fundamental que el ayuntamiento intervenga para facilitar la actividad. Hay que proteger a autónomos y pequeños comerciantes… el reto es la simplicación administrativa. Una cosa son los controles indispensables y otra la burocratización que combatiremos.

- Les acusan de gobernar como si estuvieran en mayoría. Hacia dónde apuntan los nuevos pactos en materia económica?

 

- Ya incorporamos a ERC y PSC para pactar políticas sociales y también lo haremos de cara al plan de inversiones municipal, y para algunos grandes proyectos económicos donde ya hay conversaciones con ellos. Para otros podemos entendernos con otras fuerzas, como con la CUP en materias  como el desarrollo de la economía cooperativa, social y solidaria. Y en muchos acuerdos esperamos que el resto de las fuerzas también lo vean como un tema de ciudad.