Los dos paseos y la plaza de la Bocana Nord, en el 2017

Casi un año después del inicio oficial, a principios de noviembre del 2014 en un multitudinario acto con el anterior alcalde Xavier Trias, del proyecto privado del nuevo puerto deportivo Marina Vela, en la Bocana Nord al lado del Hotel W, las obras se han hecho realidad y al fin son visibles. Maquinaria pesada trabaja desde hace unos días en acondicionar la dársena alrededor de la cual se crearán 136 amarres de agua, 222 en una marina seca, siete edificios con zonas comerciales, aparcamientos y servicios, y también el espacio público que ganará Barcelona con toda esa urbanización: dos paseos de 400 metros y una plaza. La empresa anunció ayer que ha empezado la venta de amarres y que prevé acabar el complejo a mediados del 2017.

A partir de la concesión en el 2012 y por 30 años de este espacio del puerto barcelonés, sin utilizar desde que se creó al abrirse la Bocana Nord, el proyecto ha buscado cómo financiar los 37 millones de inversión. Las dificultades para asegurar ese dinero han alargado en más de una ocasión el proceso. Nicolás Mayol, presidente de la promotora, explicó ayer que las obras empiezan con recursos propios de la compañía, que asume un tercio del total, y también de la comercialización en marcha de los amarres. El resto procederá de un préstamo de dos bancos que espera formalizar pronto.

Las obras adjudicadas ahora a Dragados por 18 meses, debían acabar en el 2016, según la previsión inicial. Pero será, como mínimo, casi un año después si no hay nuevos cambios por la propia realización de los trabajos. Estos plazos afectan igualmente a los espacios públicos que se ganarán. No se descarta, sin embargo, una apertura parcial de ellos según avance la construcción de los edificios Dic y Rambla. Encima de ellos se abrirán los dos paseos arbolados de 9 y 17 metros de ancho, respectivamente, y la nueva plaza de 6.300 metros cuadrados, continuación de la actual de la Rosa dels Vents al lado del Hotel W.

Marina robotizada

El hecho más novedoso del plan, al margen del espacio abierto a la ciudad, es el 'párking' robotizado de yates de hasta nueve metros. Esta marina seca pondrá las embarcaciones en manos de sus pudientes dueños solo 10 minutos después de apretar un botón. Dos minutos más y estarán ya en mar abierto.

La empresa que forman Auxiliar Ibérica SA (50,5%), Aparcamientos de Mallorca (25,5), Formentera Mar (20%) y Barcelona Nautic Center (4%) dijo ayer que ha vendido seis de los 136 amarres para naves de 15 a 50 metros y que tiene 11 avanzados.