nueva inversión municipal en el eixample

Barcelona se quedará el degradado anterior edificio de la ONCE

Una vecina del edificio de enfrente contempla el viejo bloque de la ONCE, en la calle de Calàbria, el miércoles.

Una vecina del edificio de enfrente contempla el viejo bloque de la ONCE, en la calle de Calàbria, el miércoles.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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los vecinos y los paseantes no dan crédito a que aquel enorme recinto que antaño fue la sede de la ONCE estuviese en desuso desde hace más de tres años, en los que se ha ido degradando hasta lucir un total aspecto de abandono, protegido incluso con redes. Tras muchas dudas sobre el futuro y viabilidad del inmueble, en la calle de Calàbria, entre Sepúlveda y Floridablanca, el ayuntamiento aprobará hoy en el pleno la compra del bloque por unos 17 millones de euros para dedicarlo a equipamientos de barrio.

El abandono en el que se encuentra el edificio está estrechamente ligado a la crisis que castiga especialmente al sector inmobiliario. La Organización Nacional de Ciegos se mudó a su moderna nueva sede de Sepúlveda a principios del 2007, y pocos meses después vendió por 60 millones de euros dos edificios, el del Eixample y otro en Pedralbes, a la promotora inmobiliaria Varal Real Estate, participada por el grupo COMSA. El objetivo de la operación conjunta, según se dio a conocer entonces, era «rehabilitar los dos edificios para su posterior comercialización». Sin embargo, el estallido de la burbuja inmobiliaria frenó muchos proyectos en la ciudad. Fuentes del grupo explicaron a este diario esta semana que todavía se estaba estudiando el futuro del edificio.

Mientras tanto, el bloque ha languidecido todo este tiempo, pese a la reinvidicación del vecindario de que este pasase a ser municipal y paliase la falta de equipamientos públicos en la zona, como así va ser, si se formaliza la compra por parte del ayuntamiento.

PRESIÓN DE ERC / Quien ha movido ficha en el caso ha sido el grupo municipal de ERC, que a finales del año pasado utilizó la negociación de los presupuestos municipales -donde su voto favorable era imprescindible- para forzar la compra del inmueble, de 10.000 metros cuadrados construidos, distribuidos en seis plantas y sótano. El líder republicano, Jordi Portabella, lo consideró «una joya en el centro de la ciudad que no se puede dejar perder» para equipamientos en Sant Antoni.

Finalmente, y tras pasar por todos los órganos de gobierno, la aprobación de hoy debe dar paso a la adquisición, aunque el ayuntamiento aún no tiene fecha ni proyecto sobre su rehabilitación y puesta en marcha. Lo más posible es que albergue una residencia para mayores, la sede de la asociación de vecinos de la zona, un interior de manzana verde y más instalaciones de barrio, que se pactarán con los residentes.