Complicada herencia del tiempo de las vacas gorda

El 'aeropuerto' de Badalona

Desolado interior de una de las plantas del Centre Cultural del Carme, ayer.

Desolado interior de una de las plantas del Centre Cultural del Carme, ayer.

CARLES COLS
BADALONA

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Badalona quiere y no puede estrenar el Centre Cultural del Carme. Para los profanos, este centro es ( aunque para gustos, los colores) la joya arquitectónica moderna de la ciudad, un edificio concebido por los reputados Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña, que ha costado 6,5 millones de euros y que el Ayuntamiento de Badalona no se ve capaz de inaugurar porque solo el mantenimiento le costará a los ciudadanos 300.000 euros anuales. «Tenemos un Formula 1, pero no podemos pagar la gasolina», dijo ayer Xavier García Albiol en una bastante desconcertante primera visita a las salas absolutamente desnudas del Centre Cultural del Carme, que terminó con el alcalde admitiendo que sí, que aquello es «una patata caliente» heredada de los tiempos de las vacas gordas, pero que su propósito es, a pesar de todo, abrir puertas en el 2013.

Castellón tiene su aeropuerto sin aviones y Badalona tiene su Centre Cultural del Carme. Fue la gran inversión del pasado mandato en la ciudad financiada por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Eran otros tiempos, en los que cada cual bajaba las escaleras como le daba la gana. «Una inversión así sería ahora inviable», aceptó García Albiol. No es solo por el precio de la obra, sino por el gasto corriente que luego conlleva. Los 300.000 euros que el Ayuntamiento de Badalona espera conseguir cubrirán solo las facturas de la luz, el agua, las reparaciones, los vigilantes, el seguro... La vida cultural cotidiana del Centre del Carme será un recibo aparte.

LUMINOSO / El alcalde, sin embargo, quiso ayer enseñar qué se esconde tras las paredes de ese edificio que destaca, y mucho, en la céntrica calle de Francesc Layret y que tiene un cierto gancho sentimental para muchos badaloneses, pues allí estaba antes la gran sala de partos de la ciudad. Era la Clínica del Carme. «Yo nací aquí», le explicó durante la visita el alcalde a Xavier Segura, director de los Servicios de Espacio Público de la AMB. Ambos fueron los encargados de mostrar lo excepcional de la arquitectura del edificio (por fuera no lo parece, pero es muy luminoso) y de pasear por las distintas salas como quien decide qué habitación será para los niños y cuál el trastero. «Aquí en la entrada estará la oficina de turismo..., esta terraza es muy bonita para poner un bar..., aquí podríamos hacer cursos de cocina exótica». La visita era desconcertante porque Segura estaba exultante por la obra que la AMB entregaba a Badalona y García Albiol estaba bastante mohíno a su lado por la que económicamente le venía encima a uno de los ayuntamiento más endeudados de Catalunya. «Ideas no nos faltan, dinero, sí», concluyó el alcalde.

PATROCINIO PRIVADO / Lo que toca, pues, son soluciones de emergencia. Por ejemplo, el ayuntamiento prevé reservar una porción del edificio a los universitarios de la ciudad, para que la utilicen como sala de estudio. El propósito sería encontrar un patrocinador privado. Así se evitaría que los 300.000 euros que se precisan salieran íntegramente de recortar otras partidas municipales.

Buscar financiación privada es de hecho una necesidad, porque la solución de dejar cerrado el edificio también sale cara. Primero porque, como si fuera un lavaplatos, tiene una garantía de un año, y solo será posible conocer sus defectos si se usa, y segundo porque cerrado se deterioraría antes.

La situación, en resumen, es realmente singular. Badalona tiene poca arquitectura moderna digna de ser mostrada. El Museu de Badalona, por ejemplo, es extraordinario por su contenido, pero deplorable por su continente.

Ahora la ciudad tiene el Centre Cultural del Carme, que puede o no gustar, pero que simboliza muy bien los años prósperos, como por ejemplo sucedió en Barcelona con el edificio azul del Fòrum, de Herzog y De Meuron, construido sin que se supiera de entrada muy bien para qué iba a servir. Castellón tiene su aeropuerto, es cierto, pero Badalona también. Y Barcelona. Y...

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