Entrevista CON EL CASTAÑERO
Ramon Casado: «Quien menos castañas compra es el típico señor catalán»
De niño, Ramon Casado escondía en los bolsillos castañas recién salidas de las brasas para mantener calientes sus manos. Cada mañana abre la parada de boniatos procedentes de Chipiona (Cádiz) y castañas de Ourense que se encuentra en el cruce de Pau Clarís con Aragó, a la salida de la estación de tren que se tapiará en las próximas semanas. Menos paseantes, menos clientes. Menos frío, menos ventas.
-¿Tiempos difíciles?
-El mes de octubre, por la fiesta de Todos los Santos, es bueno. En esa semana puedes recaudar 10.000 euros. Pero las demás son bastante flojitas. La crisis también daña a las tradiciones. Hay un hecho curioso: los días de lluvia se venden más castañas.
-Se ve poca gente con cucuruchos.
-Mi parada tiene 60 años. Ha vivido época mejores. Es una tradición que se está perdiendo. Recuerdo que cuando era pequeñito había muchísimas castañeras cerca del mercado de Sant Antoni. Hoy quedan dos. En toda Barcelona hay 29 paradas. La gente lo comenta: cada vez cuesta más encontrar una parada de castañas. La culpa también es del ayuntamiento. Los impuestos son una barbaridad. Solo por la basura, que en mi caso no llega ni a una bolsa al día, pagamos 324 euros al mes.
-¿Cuánto cuesta la docena?
-3,90 euros. Sí, es caro, pero apenas podemos vivir. Nuestras castañas son gallegas, que junto a las turcas son las mejores del mundo. No son baratas. Las chinas en Mercabarna solo cuestan un euro el kilo, pero no saben a nada. ¡Son malísimas!
-Trabaja al aire libre y con las manos siempre negras por el carbón.
-No es un trabajo duro. En el campo se trabaja de sol a sol, y lo aguantan. La suerte es que el brasero te da calorcito y no pasas frío. Además, comer seis castañas al día te alarga la vida. Antes solo las mujeres eran castañeras, ahora somos más hombres. Debe ser por el exceso de paro.
-¿Quién es su mejor cliente?
-El curioso, que es el extranjero, el que no conoce, y gente de pueblos de las cercanías. También muchos inmigrantes latinoamericanos han descubierto las castañas y les encantan. El que menos compra es el típico señor catalán. Y eso que en las escuelas las maestras siguen haciendo dibujar castañeras a los niños.
-¿El secreto de una buena castaña?
-La castaña se debe deshacer en la boca, nunca la mastiques. Ha de estar bien cocida por dentro y un poco quemada por fuera.
-¿Cómo se hizo castañero?
--Tengo familia gallega que tiene castaños. El dueño de la parada, mi jefe, conoce a mis padres. Es un trabajo de tres meses y medio, del 14 de octubre al 31 de enero, pero me gusta.
-¿Qué hace el resto del año?
-Vendo helados. Tampoco es buen negocio. Voy del frío al calor.
- Las tres enfermedades que la manzanilla ayuda a combatir
- Pensionistas, solo cobraréis una parte de la paga extra en junio: esta es la razón
- Los Mossos alertan de este método de robo: "Antiguo pero recurrente
- Quién es Laura Menoyo y por qué era la visita más esperada para Daniel Sancho
- Mezcla aceite de coco y vinagre, te sorprenderá el resultado | Vídeo
- Yolanda Díaz insta a la patronal a pactar la reducción de la jornada "antes de verano" o legislará sin ella
- La Guardia Urbana rescata 14 gatos de un piso de Sant Martí
- Barcelona descarta replicar el modelo de ejes verdes al costar su mantenimiento diez veces más que en otras calles