Análisis

El partido que cambió la forma de ver el fútbol

JORDI PUNTÍ

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Llámenme caprichoso, o injusto, pero en mi lista mental de los cinco mejores partidos del Barça ya hay tres de la era Guardiola.No es dramático porque cuando haga falta dedicaré unas cuantas neuronas más a ampliar la lista hasta los 20 o los 50 mejores partidos del Barça que yo he vivido. Para incluir en el Top Fivela final del sábado, he tenido que dejar fuera un monumento de partido delDream Team--no diré cuál--, pero es que la victoria frente al Manchester United podría suponer, por muchas razones, un cambio de paradigma en el fútbol mundial. O como mínimo es lo que yo intuyo (ya les he dicho que pueden llamarme caprichoso).

Por de pronto, ayer volví a mirar el vídeo de la final, del primer minuto al último, y fue como releer un libro que te ha gustado mucho, un clásico. Una vez conoces el desenlace, lo que te atrae son los detalles, la estructura, el ritmo, la forma en que el autor, los autores en este caso, han desarrollado el argumento y le han dado un estilo personal. Un ejemplo de detalle: en la jugada previa al gran gol deVilla,Messihace una jugada estratosférica que se inicia con un regate imposible aNani.Bueno, puesNaniacaba de sustituir a Fabioy lleva exactamente 25 segundos en el campo. Aún no ha tocado el balón yMessile regatea como le da la gana.

No hace falta repasar de nuevo todo el partido para comprender que fue sobre todo un monumento a la forma. El cómo por encima del qué, como le gusta decir aGuardiola.El juego desplegado por el Barça respondió en todo momento al ideario futbolístico que conocemos. Incluso con esos 10 minutos de zozobra inicial que sirvieron para realzar el contraste con el dominio apabullante del resto del encuentro. Suele decirse que la memoria futbolística solo retiene los goles, los trofeos. Desde hace unos años, el Barça está luchando para cambiar esta tendencia y que se recuerde además un estado de ánimo, esa sensación de jugar para pasarlo bien, para recuperar la esencia delbeautiful game,de buscar la belleza práctica.

La prueba es que todos los periódicos, especialmente los ingleses, se han rendido a la exhibición del Barça. «Un regalo al mundo del fútbol, gentileza de los soñadores», decía uno de los miles de titulares. Junto a la admiración, la defensa de un estilo futbolístico además despertaba la creatividad de los ingleses: «El Barcelona despedaza a sus rivales, pero como mínimo es generoso con la anestesia», decía alguien, mientras otros repartían los adjetivos de tres en tres.

Así finalizabaRichard Williamssu crónica en The Guardian(traduzco con gran alegría): «La segunda parte fue más de lo mismo, con el Barcelona provocando que el fútbol del United pareciera rudimentario, aproximativo, agrícola. Un triunfo del arte, la paciencia y la imaginación». ¿Y ahora, qué?, se pregunta todo el mundo menos los barcelonistas. Los barcelonistas sabemos que ahora todo seguirá más o menos igual. Como mínimo mientrasGuardiola se siente en el banquillo. Hay que suponer, por ejemplo, queMourinhono abandonará su papel de némesis azulgrana. En cuanto aFerguson,ya ha avisado de que necesita tres años más para completar su trabajo con el Manchester United. Tiene dinero y se anuncia una renovación importante. Lo que habrá que ver es si revisa también su forma de jugar y toma nota de la escuela azulgrana. Sería otro tipo de victoria.

Por ahora, los diarios ingleses anuncian el interés del United por el croataModric,un jugador de toque exquisito, buena visión de juego y parecido físico aCruyff.Por algo se empieza, ¿verdad, sirAlex?