El Barça espera el bombón

El campeón de Europa quiere evitar a Juve, Paris SG y Arsenal en el sorteo de los octavos de final, que se realizará el lunes 14 de diciembre

Luis Enrique ofrece el balón a un jugador del Leverkusen.

Luis Enrique ofrece el balón a un jugador del Leverkusen. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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El campeón se tomó la noche libre en Alemania. Había hecho tan bien su trabajo en la liguilla que el campeón de Europa tuvo una noche plácida con el Leverkusen, más pendiente de la lesión muscular de Neymar, que llegará, si es que llega, muy justo a la final del Mundial de clubs el domingo 20 de diciembre. Si es que el Barça, como todos esperan, se presenta en esa cita. Mientras, el equipo de Luis Enrique pudo comprobar que la defensa de la corona que se ceñió en Berlín no será nada fácil. No hay ningún club que en la historia contemporánea de la Champions haya revalidado su título. Y ese es el desafío del Barça del tridente. Pero la ruta hacia Milán, sede la próxima final, está llena de obstáculos, incluso llena de trampas.

Incluso en los octavos de final donde el Barça podría medirse, por ejemplo, a la Juventus, el finalista que abatió en junio pasado en Berlín, o el París SG ese incómodo equipo, construido con la fortuna catarí que año tras año añade piezas nuevas a su colección de estrellas, aunque nunca acaba de asomarse a la verdadera aristocracia del fútbol europeo. El dinero da casi todo. Pero a Blanc, el técnico del PSG, y a Ibrahimovic, ese genio rebelde que ha sido incapaz de conquistar una Champions, se les acaba el tiempo. Y ni con millones y millones de euros lo consiguen. Pero quien sabe. Quizá este sea su año. Por si acaso, mejor encontrárselo más adelante, piensa Luis Enrique. Piensan los jugadores.

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Por eso, el Barça quiere eludir como sea a la Juventus. Y al PSG. Le encantaría, por ejemplo, a Luis Enrique reencontrarse con su viejo compañero en el Camp Nou, Phillip Cocu. Aquel educado y pulcro centrocampista que servía para todo y ahora se sienta en el banquillo del PSV Eindhoven, un equipo sin estrellas. O también le gustaría al técnico azulgrana medirse al Benfica, otro de los rivales más apetecibles en el bombo que se pondrá en marcha el próximo lunes 14 de diciembre en Zúrich. Si Luis Enrique pudiera elegir esquivaría también la cita con ese atrevido Arsenal de Wengedonde Alexis se siente como si fuera Messi.

Nada, sin embargo, sería comparable con un duelo con el Gante, el anónimo equipo belga que ha enviado al Valencia fuera de la Champions.

Poco duró la alegría en Mestalla tras el empate con el Barça. Apenas cuatro días y los pitos, algo ya habitual en esa exigente afición que nunca está contenta con lo que ve, volvieron a aparecer. En cuatro días, la fiesta por un 1-1 con el Barça se les evaporó. Mourinho y Wenger si se colaron en los octavos de final. Casillas ya pertenece al pasado de la elite europea. Y Mou, en cambio, llega como primero de grupo, por lo que no tendrá que visitar el Camp Nou ni el Bernabéu. Wenger, sí. El Arsenal es otro tradicional rival de los azulgranas en estas rondas intermedias desde que fue derrotado por el Barça en la final de París en el 2006. Ahí sigue Wenger, capaz de meterse en octavos sin tener siquiera a Alexis y Cazorla en el partido decisivo.

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Y el Dinamo de Kiev también figura entre los posibles enemigos del campeón de Europa que hizo tan bien su trabajo que pareció jugar más con el B que con el primer equipo en Alemania. Pero siempre le queda Messi, con más chispa, con más generosidad, se disculpó incluso por quitarle un balón al debutante Kaptoum, y con un majestuoso Ter Stegen, que dejó paradas soberbias. Además, Suárez descansó al fin tras jugar 21 partidos de los 25 del Barça. Y los 21 completos, sin ser sustituido nunca. Ni un minuto jugó el nueve. No hay mejor noticia para él. Y para Luis Enrique, confiado en tener a Neymar en el Mundial de clubs, mientras en Roma preparan un monumento para honrar la memoria de Ter Stegen, el portero que les dio el pasaporte a los octavos de final con una actuación sublime.