EL ÁREA DEL ESCRITOR

Jenn Díaz y Messi. Nos basta con uno: el mejor

Messi, celebrando uno de los goles azulgranas en Ipurúa.

Messi, celebrando uno de los goles azulgranas en Ipurúa. / AFP

JENN DÍAZ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es fácil leer libros de dudosa calidad y pensar: yo no lo haría así, los escritores a los que admiro no lo harían así. Me pasa lo mismo cuando leo o escucho declaraciones de ciertos jugadores como Cristiano Ronaldo, que es mediocre en sus formas sea cual sea su calidad en el terreno de juego. Hoy, cuando Messi ha hecho lo que hace siempre -arte-, me ha dado por pensar en el pobre CR7. Pensaba en cómo debe sentirse un hombre que considera que para que su equipo funcione, los 10 jugadores restantes deberían ser como él. ¿Cómo? ¿Soberbios? ¿Maleducados? ¿Irresponsables? ¿Egocéntricos? ¿Infantiles? No, él no se ve a sí mismo como lo vemos los demás, los razonables.

Tras las asistencias y el primer gol de Messi, no he podido evitar pensar en las palabras de Cristiano, y me preguntaba si Leo sería capaz de decir algo así. No, sabemos que no. Lo sabemos todos. Pero le he dado una vuelta más. ¿Necesitamos que haya once 'Messis' en el terreno de juego? ¿Cambiaría a cualquiera de los jugadores por otro Messi? No, sabemos que no. Lo sabemos todos. Nos basta con un Messi. Es suficiente con tener al mejor jugador del mundo, solo uno. Si Cristiano necesita a 10 más como él, quizá es porque él no es suficiente.

NADIE ES IMPRESCINDIBLE

Los culés, que somos sufridores por naturaleza, nos miramos al Eibar con temor, como se mira a las grandes ocasiones, las de demostrar lo que uno quiere y debe demostrar. En estos partidos -que todos esperamos recelosos sabiendo, por una parte, que somos superiores, y por la otra, que eso no asegura nada- solo esperamos, si no se nos puede dar lo mejor posible, no se nos dé muy mal. Pero estos jugadores superan las expectativas incluso de los seguidores del Barça más pesimistas. El equipo es tan grande -solo con un Messi, nos basta con uno-, tan inmenso, que nos podemos incluso permitir el lujo de no echar de menos a Neymar. Si podemos tenerlo, mejor. Pero nos hemos demostrado a nosotros mismos que nadie es imprescindible. Del mismo modo que con la lesión de Messi también conseguimos aportar la mejor versión de un Barça sin él. No era sencillo.

Luis Enrique se reía cuando le preguntaban si, al ver que Neymar y Suárez se entendían, estaba preocupado por si el tridente no volvía a funcionar al incorporarse Messi. Se reía, era una pregunta simpática, aunque un temor propio del culé. Parece que este equipo funciona de un modo tan equilibrado que cualquier cosa nos puede desestabilizar. Pero ellos van y vienen, están mejor o peor, fallan más o menos, marcan goles o dan espléndidas asistencias, y siguen siendo grandes. El partido contra el Eibar nos ha confirmado lo que ya sabíamos y no nos cansamos de comprobar jornada tras jornada: que este equipo nos enorgullece, nos hace a todos mejores, a los aficionados también, y que nosotros no lo haríamos como otros escritores de dudosa calidad.

De todos modos, lo que necesita el Madrid no son once Cristianos, ni el Barça once Mesis, o tres tridentes. Lo que necesita el fútbol, la liga española, es imaginación, creatividad en el fútbol: reinventarlo.