Iniesta tiene el mapa

El capitán da una exhibición ante el Borussia completando 105 pases en la primera mitad, 96 de ellos buenos, y el Camp Nou lo despide en pie

Iniesta espera el pase de Messi en el partido ante el Borussia.

Iniesta espera el pase de Messi en el partido ante el Borussia. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Andaba Neymar más pendiente del móvil que del partido, mientras Jurgen Klopp, el técnico del Liverpool, no quería perderse ni un solo segundo de la exhibición de Andrés Iniesta, el dueño del mapa azulgrana. El hombre que contiene todos los tesoros del juego. Acabada la primera parte, con el capitán de vuelta al vestuario, mientras Messi, con una delatora sonrisa no podía ocultar la satisfacción que le supone jugar con él, los ordenadores empezaron a escupir datos.

O sea, números sobre algo que no se puede cuantificar. La belleza hecha fútbol. En apenas 45 minutos, Iniesta había repartido 105 pases, ¡100 de ellos en campo alemán!. Solo erró nueve, prueba de su fiabilidad. Iniesta hizo que apareciera, de nuevo, el Messi más centrocampista de los últimos partidos.

Sabe Leo que cuánto más cerca está de Andrés mejor vive. Abandonó la banda derecha para que Aleix Vidal se ganara la redención del Camp Nou recibiendo una espectacular ovación cuando en una brillante acción defensiva –galopó casi 50 metros– le robó la pelota a Schulz en el prólogo de su mejor encuentro de azulgrana. El capitán, por su parte, siguió caminando como si nada. Perdón, jugando.

INTERIORES CON ESTILO

Se instaló en el carril del ocho y desde ahí, conectado con Messi a través de la mirada (son dos tipos silenciosos ambos) y del balón. El Borussia se marchó al descanso girando su vista hacia el marcador (1-0 entonces) sin saber que lo peor iba a llegar después. Pero la tortura ya la padecieron antes. Klopp, un técnico enamorado del vértigo, disfrutó de la pausa. Y del toque, como si el tiempo se congelara cada vez que le llegaba la pelota a los pies de Iniesta. A su alrededor, todos parecen –y son– mejores. Incluso Messi, el tipo que mete goles como el que da pases a la red, convirtiendo lo extraordinario en algo tan rutinario que no se da valor alguno.

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De un día para otro, del clásico al Borussia, Luis Enrique escogió a Iniesta y Denis Suárez en vez de André Gomes. El gallego se lo pasó bomba con el capitán. Hasta André Gomes, en el rol de Busquets, se le vio cómodo con Iniesta a su izquierda, signo de que los interiores, gusten o no, marcan el estilo.

A la hora de partido, el Camp Nou se puso en pie para despedir con una ovación estremecedora a Andrés. Los ordenadores, rápidos y precisos, difundieron la estadística: 109 pases buenos de 118. Pero no hay máquina que pueda explicar lo que significa Iniesta para el Barça. Y, por supuesto, para el fútbol. Le cedió el brazalete de capitán a Messi, quien pareció despedirle con nostalgia cuando enfilaba  el camino del banquillo. No, no te vayas nunca, debió susurrarle Leo