LA FINAL DE LA CHAMPIONS

El Barça acaba al galope

Neymar sentencia en el minuto 97 una final en la que la falta de puntería azulgrana dio vida a la Juventus (1-3)

JOAN DOMÈNECH / BERLÍN (Enviado especial)

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Rakitic, Suárez y Neymar. Los conductores de la transición del Barça hacia otra dimensión. El perfecto resumen de la perfecta temporada con el tres de tres. Así acaba el Barça de Luis Enrique, que este sábado salió de estampida en Berlín, y acabó al galope hora y media después para reventar a Buffon, uno de los culpables de que la final durara hasta el tiempo añadido cuando debió acabar mucho antes y por momentos pareció que podía escaparse volando por la Puerta de Maratón (1-3).

Esa sensación terminó en cuanto el mejor jugador del mundo condujo el mejor contraataque del mundo y Suárez rebañó un rechace de Buffon a tiro de Messi. El Barça ejecutó a la Juve con el mismo procedimiento con el que el equipo italiano renació en la segunda mitad gracias a Morata, de pesca al lado de Ter Stegen, en un breve consuelo para el madridismo. Pirlo se agigantó, pero su recorrido vital ya está agotado. El de Messi, o el de Busquets, por compararlo con su réplica, está en la plena madurez.

Doscientos segundos

Cinco Copas de Europa ya son palabras mayores, cuando solo había una hace nueve años. Y lograr un segundo triplete, que ningún club del mundo tiene, solo seis años después del primero indica que el siglo se colorea con los colores azulgrana. El Barça ahora sí que está en la cúspide, contra lo que se propagaba no hace tantos años, enterrados los miedos y los complejos. Ha ganado las cuatro últimas finales disputadas. La Juve seguirá llorando su maldición con su sexta derrota en ocho presencias.

La ganó quien más decidido salió a buscarla. En 200 segundos mal contados (antes de llegar al minuto 4) el Barça se había colocado por delante en la primera jugada cuajada. Esa pasmosa facilidad prometió un partido plácido y luminoso como la tarde berlinesa, otra gran capital que entra en el santuario culé. Confundió también a los azulgranas, que en cada jugada bien tejida, con esos pases diagonales con los que se distrae Messi fuera del área, fueron creando ocasiones. Llegado el descanso, el Barça solo podía lamentar el disgusto de no haber cerrado el libro.

Esperando instrucciones

A pesar de ir a remolque tan temprano, la Juventus mantuvo su estrategia inicial. Pese a que el gol tan prematuro exigía un cambio porque la hacía inútil. Allegri confió en que quedaba mucho partido por delante más que en ponderar el riesgo que corría si en cuatro minutos el Barça había conseguido marcar. La Juventus cedió el campo hasta recibir nuevas instrucciones del entrenador y no tanto el balón. Fue al suyo, buscando salidas directas a Morata, que supo situarse entre los defensas y los interiores del Barça, y resistió. Gracias, en gran medida a la misericordia del equipo azulgrana, que malogró tres ocasiones seguidas en la reanudación y a Neymar le anularon un gol con un mala cabezazo.

Morata se encontró con un gol por casualidad y la final cobró el giro que se espera: un partido competido, equilibrado, en una conmovedora lucha por el trofeo más preciado. Pogba se agigantó, Tévez pisó el área, Marchisio se coló un par de veces y Pirlo ya no necesitó las gafas para ver a Ter Stegen. El Barça zozobró y la tormenta anunciada (la meteorológica) empezó a atisbarse por el techo porque la Juve dominó el centro del campo. Su superioridad numérica (cuatro contra tres) se hizo efectiva porque, además, conquistó el balón. Se abrió un abismo entre la defensa y la delantera, con Rakitic Iniesta corriendo a todas partes sin llegar a ningún lado, y Pirlo se creyó un terrateniente poderoso después de haber perseguido furtivos por sus dominios. No cayó ni una gota porque otra virtud de Luis Enrique ha sido la de diseñar un paraguas muy resistente.

Messi derriba un armario

La tela italiana, sin embargo, ya no resiste el huracán que es Messi, que derribó en su carrera a un armario como Barzagli. Leo fue clave otra vez sin haber marcado. Supo crear goles para beneficio de sus compañeros en la delantera azulgrana, que pudieron consagrarse en el día culminante de sus carreras.

Leo ya no le hacía falta ningún tipo de reivindicación a estas alturas. Suárez acertó en la jugada más fácil, a puerta vacía, con la caña a punto (se lo quitó a Rakitic que corrió el campo de punta a punta), y Neymar fusiló a Buffon con furia para soltar toda la tensión acumulada. Marcó Neymar el 3-1 como podría haber marcado Piqué, que le acompañó en una excursión en pleno tiempo añadido, que duró menos de lo habitual porque el Barça cerró el partido a la italiana. No solo con una defensa impecable, no solo con un contrataque letal, sino con la frialdad de recortar el tiempo añadido, larguísimo (la UEFA situó el gol de Neymar en el minuto 97), con aquellos ardides propios del rival. Duró la final lo que no tenía que haber durado, pero dura con justicia el reinado del Barça, grande con mayúsculas fiel a su estilo.

Ficha técnica:

1 - Juventus: Buffon; Lichsteiner, Bonucci, Barzagli, Evra (Coman, min.89); Pirlo, Pogba, Marchisio, Vidal (Pereyra, min.79); Tévez y Morata (Llorente, min.85).

3 - Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba, Sergio Busquets, Rakitic (Mathieu, min.90+1), Iniesta (Xavi, min.68), Messi, Luis Suárez (Pedro, min.90+5) y Neymar.

Goles: 0-1: min.4: Rakitic, 1-1: min.55: Morata. 1-2: min.68: Luis Suárez. 1-3: min.97+: Neymar.

Árbitro: Cüneyt Çakir (TUR). Mostró tarjeta amarilla a Vidal, (min.11), Pogba (min.41) y Luis Suárez (min.70).

Incidencias: Final de la Liga de Campeones 2014-2015, disputada en el Estadio Olímpico de Berlín ante unos 75.000 espectadores.