Las claves tácticas del Barça-Juventus: un problema de puntería

Un ineficaz Barça se estrelló contra la joya defensiva ideada por Allegri en 180 minutos impecables

Luis Suárez grita como protesta ante la mirada atónita de Paco Alcácer, durante el partido de este miércoles en el Camp Nou.

Luis Suárez grita como protesta ante la mirada atónita de Paco Alcácer, durante el partido de este miércoles en el Camp Nou. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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1.- MUCHO DISPARO, PERO EL TRIDENTE SE SECÓ

No deja de ser hasta increíble, pero sucedió. El Barça del tridente, un equipo construido para atacar, se quedó seco en Europa. Pero literalmente seco. Tal cual. Incapaz de marcar un solo gol en los 180 minutos de la eliminatoria ante la Juventus. Estrelladas las tres estrellas de dimensión mundial que tiene Luis Enrique a sus órdenes. El descaro y la velocidad de Neymar se fueron difuminando, Suárez no tuvo ni la opción apenas de rematar y Messi, en un ejercicio de enorme compromiso con el equipo, se fue desmoralizando consigo mismo.

El empuje de los primeros 20 minutos  no tuvo, sin embargo, continuidad porque todos los caminos hacia la casa de Buffon tenían peaje previo. Lo intentó el Barça por la banda izquierda, ahí encontró un atajo con la profundidad de Jordi Alba y el regate de Neymar, pero duró demasiado poco. En la derecha, con Sergi Roberto ejerciendo de lateral-extremo, el equipo no tuvo tanta presencia. Salió con un 4-3-3 Luis Enrique. Volvió al modelo táctico tradicional. Y lo tradicional es que el tridente marque. Ayer, no.

2.- HEROISMO DE LOS CENTRALES PARA NADA

No se verá, tal vez, en ningún sitio, pero el ejercicio defensivo del Barça resultó hasta heroico porque Umtiti y Piqué vivieron en todo momento en el alambre. No cometieron errores ninguno de los dos centrales, a pesar de que estuvieron viviendo a más de 50 metros de Ter Stegen. Con el 4-3-3, el equipo de Luis Enrique defendió mucho mejor que el atrevido 3-4-3 de Turín. Allí cavó su verdadera tumba. En apenas 22 minutos, encajó los dos goles de Dybala, a quien apenas se vio en el Camp Nou.

A medida que se iba acercando el  final del partido, más riesgos tomó el Barça. Pero a nadie, ni siquiera a Ter Stegen, más líbero que portero con un par de intervenciones providenciales,  se le vio nervioso, sobreponiéndose a la angustia que provocaba el partido. Tampoco Piqué hizo fallos. Ni, por supuesto, Umtiti. Pero ese encomiable ejercicio defensivo que transmitió el equipo no le valió de nada. La Juve, cada vez más feliz en las inmediaciones del área de Buffon, no necesitaba irse al ataque porque tenía el botín de Turín.

3.- AL FINAL, HASTA 3 'NUEVES' CON PIQUÉ

Empezó con Luis Suárez, emparedado siempre entre Chiellini y Bonucci. Luego, apareció Alcácer para intentar mover la roca. Pero ni así se movía la Juve. Y, al final del partido, cuando Luis Enrique quitó a Sergi Roberto acabó colocando a Piqué como delantero centro. O sea, hasta tres nueves usó el Barça pero con idéntica respuesta para todos. Nada de nada. El problema real de los azulgranas es que no tuvieron contundencia ofensiva, condenados por su propia ineficacia. A Suárez se le vio en todo momento ahogado, sin espacios, recibiendo casi siempre de espaldas a la portería de Buffon, sin tiempo ni espacio para revolverse.

Cuando llegó Alcácer al ataque, más de lo mismo. Cuántos más delanteros acumulaba el Barça, más problemas todavía. Y eso se percibió de forma más evidente cuando Luis Enrique ordenó a Piqué asumir el rol de Alexanko en los tiempos del dream team. Pero ni así halló respuestas ofensivas para descerrajar esa defensa. Así, poco a poco, se fue apagando el Barça de los tres delanteros centros. El Barça de los nueves que no chutó.