Elecciones bajo presión

Josep Maria Bartomeu, en la sala de prensa del Camp Nou.

Josep Maria Bartomeu, en la sala de prensa del Camp Nou. / periodico

JOAN DOMÈNECH / MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Menos de un año después de asumir el cargo de presidente del Barça (24 de enero del 2014), Josep Maria Bartomeu anunció la convocatoria de elecciones. Lo hizo a su pesar, contra la opinión que manifestaba -siempre mantuvo que quería agotar el mandato hasta el 2016- pero atendiendo a la presión de algunos directivos. El dirigente adelanta los comicios con el propósito de «rebajar la tensión desproporcionada» que ha detectado y que en muchos casos achaca a ataques interesados del entorno. No ha cambiado, sin embargo, de idea en el futuro: Bartomeu anticipó que se presentará como candidato.

No solo en la fecha se puede establecer el paralelismo entre Sandro Rosell y Bartomeu. El antiguo presidente anunció la dimisión tres días después de presentar el proyecto de la remodelación del Camp Nou y pedir al juez Pablo Ruz que le citara a declarar por el caso Neymar -una causa judicial por la que están imputados Rosell y el propio Barça- tras quedar demostrado que el club no pagó las cifras anunciadas. Bartomeu aludió ayer al «ruido» en torno al equipo cuando apenas han transcurrido tres días desde las vacaciones navideñas.

Pero en tres días han pasado muchas cosas. Y con mucho ruido. La derrota de Anoeta, para empezar, donde el Barça desaprovechó la oportunidad de adelantar al Madrid. El despido de Andoni Zubizarreta, decidido unilateralmente por Bartomeu alegando que había perdido la confianza en el director deportivo. Y, sobre todo, el estallido de un conflicto entre Leo Messi y Luis Enrique, cuyas repercusiones se adivinan inciertas y cuyo desenlace es lo que más preocupa al culé porque amenaza las aspiraciones del equipo.

Almuerzo sin Faus

Bartomeu dijo haber mantenido «contactos» con Messi y Luis Enrique y aseguró que había visto «con muchas ganas» al futbolista, al que sigue considerando el líder del equipo. «El Messi que se ve en el campo este año no es el del año pasado», afirmó Bartomeu, aludiendo implícitamente al mayor interés del jugador pero también a la labor motivadora de Luis Enrique.

El presidente explicó que «el mundo del fútbol sabe que Messi no está en venta» durante los 69 minutos que duró su comparecencia y que empezó con retraso debido al almuerzo que mantuvo con el núcleo de poder más cercano. Solo faltó Javier Faus, el vicepresidente primero e hipotético sustituto de Bartomeu si dimitiera antes de la convocatoria de las elecciones y de la formación de la comisión gestora.

Solo acaba Laporta

No sería algo descabellado. Bartomeu no acabará el mandato en ningún caso (proclamaba que estaba legitimado para seguir hasta el 2016) y será el cuarto de los últimos cinco presidentes que abandona el palco antes de hora. La tendencia fagocitadora del Barça empezó con Josep Lluís Núñez (2000), continuó con Joan Gaspart (2003), se reanudó con Rosell y se rubrica con Bartomeu. Únicamente aguantó el tipo Joan Laporta, que vio recortado un año su primer mandato (2003-2006) y acabó el segundo (2006-2010) con una moción de censura entre medio (2008).

El presidente actual entiende que el Barça sufre ahora una presión suficiente para anticipar los comicios. «El club necesita estabilidad y que se cumplan los mandatos; avanzamos las elecciones para encontrar el equilibrio que la entidad y el equipo necesitan», dijo, en contradicción con la determinación tomada ayer por la junta. La reunión posterior a la aparición del presidente, convocada para explicar los motivos del cese de Zubizarreta y analizar la resolución del TAS, quedó desconvocada. La llamada a las elecciones convertía en irrelevantes las demás resoluciones que pudieran tomarse. Diez directivos se sentaron en la sala de prensa del Camp Nou.

Dos candidatos y medio

Algunos continuarán en la futura junta que diseñe Bartomeu; otros formarán parte de la comisión gestora que deberá convocar las elecciones entre el 15 de marzo y el 15 de junio coincidiendo con un partido en el Camp Nou. «Pido a los futuros candidatos que actúen con responsabilidad y fair play, que ya tendrán tiempo de debatir sus proyectos», rogó Bartomeu, uno de los aspirantes al triunfo. Luchará contra Agustí Benedito, segundo en el 2010. Laporta dejó en el aire su reaparición. «Me pronunciaré cuando lo crea oportuno y siempre con la voluntad de mantener la estabilidad del club», explicó.

Esa estabilidad ha saltado por los aires con el nuevo año. Zubizarreta fue despedido, «en uno de los muchos cambios que se han hecho», y Carles Puyol se ha despedido. Bartomeu busca un director técnico mientras cruza los dedos para no tener que buscar un nuevo Messi. Porque no existe y porque el Barça (ni sus candidatos) podrán fichar por el castigo de la FIFA, uno de los legados que dejó Rosell a su amigo.