Dembélé pone la sal a un partido de 'costellada' (1-0)

De la barbacoa del sábado a la ‘costellada’ del domingo. La plantilla del Barça invitó a la de la Real Sociedad para celebrar una distendida despedida liguera, conscientes todos, los jugadores, de que lo importante se cocía antes y después de los 90 minutos. Lo de menos era el partido. Como si sobrara, dedicaron el esfuerzo justo en un ambiente fraternal, con unos pensando en las vacaciones y otros escondiendo la pierna para no despedirse del Mundial.

Dembélé le echó sal a una carne sosa e insípida, jugueteando con quiebros y requiebros pero a Raúl Navas no le gustó tanta hiperactividad y volteó al francés con tanta aparatosidad que a punto estuvo de echar por tierra el amistoso convite. Pasó a ser pitado a partir de entonces, y con razón. Y por aburrimiento, también, de la parroquia, para amenizar la espera hasta los festejos, que eran el verdadero motivo de la visita.

Coutinho deja boquiabierto a Moyá

Después de Dembélé, sustituido por la brutal entrada, cundió el miedo a un verano de escayola. Coutinho tomó el relevo del francés, como ya lo hizo para heredar el título de fichaje más caro de la historia, y probó uno de esos tiros que empiezan a ser característicos, lejos del área y de las piernas realistas, dejando boquiabierto a Moyá.

Algo se aceleró el juego, pero influyó más en ello el árbitro, que chamuscó a los azulgranas pitando paridas, encendidos de antemano porque no había castigado a Navas como merecía por su alevosa entrada, y también la entrada de Messi, que quería dejar el sello en la última fiesta de Iniesta, cantado y coreado como nunca.