LA LIGA DE CAMPEONES

El Barça pone pie y medio en semifinales

Neymar y Suárez, tras el primer gol del delantero uruguayo ante el PSG en París

Neymar y Suárez, tras el primer gol del delantero uruguayo ante el PSG en París / periodico

JOAN DOMÈNECH / PARÍS (Enviado especial)

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Muy grosero tendría que ser el error del próximo martes --impensable, vamos-- para que el Barça no juegue la séptima semifinal en ocho años de la Champions. Si lo cometiera, sería indigno de llegar a la penúltima estación previa a Berlín. Donde nunca había ganado, el Barça se sacó este miércoles una espina histórica el día más indicado (1-3). Con una reivindicación que hizo de sí mismo, firmando una actuación de talla, propia de las que se espera de un campeón. De aquellas que se dudaba que pudiera protagonizar.

El gran ausente de septiembre metió al Barça en la semifinal con dos golazos. Faltaban centrales y vinieron centrales. Faltaba un nueve y llegó un nueve. Apareció tarde por la sanción de la UEFA y en París se presentó puntual para escarbar en las debilidades del PSG. En las de David Luiz, aquel defensa que pretendió el Barça y que reapareció precipitadamente en las filas francesas.

Dos dentelladas

Suárez se lo comió. Le clavó dos dentelladas. Las más dolorosas que un defensa puede sufrir: con sendos quiebros en los dos goles que dejaron en evidencia sus limitaciones, también las físicas. El delantero uruguayo remató el trabajo que había iniciado pronto Neymar con una meteórica jugadas que había colocado ya al equipo en la pista buena de la semifinal.

El Barça de Luis Enrique se apuntó el primer triunfo azulgrana en el Parque de los Príncipes. El equipo de Luis Enrique en su literalidad. El que ya se insinuaba en septiembre y el que se verá habitualmente hasta final de temporada. Con la primavera se han acabado las rotaciones. Solo tres cambios hubo respecto el once que empató en Sevilla y tres también respecto al equipo titular en la fase de grupos: Alves no estaba castigado, sí lo estaba Suárez (Pedro ocupó su puesto) y a Piqué le apretaba las clavijas el entrenador, que confiaba ciegamente en Mathieu.

Hechos y diezmados

De entonces a hoy, siete meses después, el Barça está más hecho el PSG estuvo diezmado. Demasiados hombres importantes le fallaron al once francés. No solo los cuatro ausentes, más Lucas Moura, muy tierno. También cayó Thiago Silva, el capitán, que debió ser sustituido precipitadamente por David Luiz, quien jugó a medio gas, y se retorció de dolor Sirigu, el meta. La debilitación del PSG fue incuestionable.

El gato, sin embargo, enseñó, las garras. Y dentro de una semana tendrá las uñas más afiladas. Este miércoles no podía arañar, aunque demostró que sabe cómo hacer daño. Lo había anunciado Laurent Blanc: saliendo disparado al ataque tras un robo. Por más que el Barça se cuidó mucho de minimizar las pérdidas, utilizando pases de seguridad, y la mayoría en el campo ajeno, no faltó algún intento horizontal imprudente y arriesgado. Hambrientos ante las mínimas oportunidades que se abrían --oportunidades de contrataque, no de gol-- y más veloces que los centrocampistas azulgranas --correr hacia adelante es más fácil que correr hacia atrás--, llegaron con peligro hasta el área. No más allá.

Parados en la frontal

Las ilusiones locales generadas por Pastore Matuidi se esfumaron en la frontal, donde toparon con Mascherano. En último término, con las paradas de un aplomado Ter Stegen, que frustró a Cavani con un paradón instantes después de que su compadre Suárez marcara el segundo, tan espectacular como el primero. El meta no reacionó a tiempo cuando Mathieu desvió el disparo de Van der Wiel.

Con suerte el PSG pudo sacar algún córner alguna falta lateral de vez en cuando. Entonces se vio la progresión del Barça. El balón parado aglutinaba muchas esperanzas del PSG con el excelente rédito que extrajeron en septiembre. Aquellos dos tantos permanecían también en la memoria de la hinchada, que celebró como medio gol cada pelota parada.

Un jefe con galones

El Barça redujo el riesgo reteniendo la pelota. Construyendo con paciencia, como hizo el sábado el Sevilla. Todos los balones pasaron por los pies de Iniesta, investido como jefe supremo además de capitán, y eso fue una magnífica señal. Combinó con Neymar y con Suárez, vio cerca a Messi, y el Barça sonrió. Como en los viejos tiempos. Jugando a placer con paciencia y ejecutando al rival con rapidez, a la que atisbaba una pequeña señal en la insegura zaga parisina.

Se lesionó Iniesta, apareció Xavi, y el guion continuó por el mismo camino. Con el Barça mandando, el PSG esperando y Suárez dándole vuelta y vuelta a David Luiz para que constara en acta que el delantero centro ganó al central.

Ficha técnica:

1 - París Saint-Germain: Sirigu; Van der Wiel, Marquinhos, Thiago Silva (David Luiz, m.21), Maxwell; Rabiot (Lucas, m.66), Cabaye, Matuidi; Lavezzi, Cavani, Pastore

3 - Barcelona: Ter Stegen; Montoya (Adriano, m. 80), Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Rakitic (Mathieu, m.74), Busquets, Iniesta (Xavi, m.53); Messi, Suárez, Neymar

Goles: 0-1, m.18: Neymar; 0-2, m.67: Suárez; 0-3, m.79: Suárez; 1-3, m.82: Mathieu en propia meta.

Árbitro: Mark Clattenburg (ING), amonestó a Cabaye, Piqué y Messi.

Incidencias: Encuentro de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el Parque de los Príncipes de París ante unos 45.000 espectadores, unos 2.000 de ellos seguidores del Barcelona.