Ara Malikian, violinista atípico (acústico)

Ara Malikian, que graba un acústico en EL PERIÓDICO, resumirá sus 30 años de carrera con un concierto en el Liceu en marzo

MARTA CERVERA / BARCELONAA

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A lo largo de su carrera, el versátil Ara Malikian nunca ha dejado de sorprender. Primero como violinista clásico; después salió del foso de la orquesta y desarrolló su personalidad en múltiples facetas: en programas de televisión o con los músicos jóvenes en la Orquesta en el Tejado, formación que abarca de Bach a Björk. También ha flirteado con el ballet actuando con Ángel Corella y ha mostrado el lado más divertido de la clásica con espectáculos como PaGAGnini. Su nuevo reto es condensar todo esto en un concierto en el Liceu el próximo 26 de marzo, dentro del Suite Festival. «Será un resumen de mis diferentes facetas, de todo lo que he hecho en 30 años y también ofreceré muchas composiciones mías que me daba vergüenza enseñar», explica el intérprete de ojos chispeantes y melena rizada que es fiel reflejo de su espíritu atrevido y libre. «En mis composiciones sale mucho mi lado oriental. Por lo general todo lo oriental suena muy tranquilo. Lo que yo hago es distinto», afirma. «He querido juntar el virtuosismo de Paganini o de Sarasate con aroma armenio u oriental, todo con ritmos rápidos porque son obras que responden a mis propias necesidades».Componer para divertirse

Presumir no es lo suyo. Le cuesta precisar las ideas que refleja en sus obras. «Como son temas que no me tomo en serio, me divierto con ellos. No soy Stravinski o Beethoven pero me divierto tocando mis propios temas, algo que el público agradece».

Malikian tiene un don especial. Sus conciertos suelen convertirse en una fiesta donde contagia su pasión. «Habrá pasajes serios, pero también contaré anécdotas», avanza.

Malikian tiene mucho trabajo por delante. Entre sus planes figura un concierto homenaje al genocidio armenio. «Se van a cumplir 100 años de lo ocurrido y es importante recordarlo», señala. «No se trata de fomentar el odio hacia los turcos. Es simplemente una forma de respetar al millón y medio de personas que murieron y reconocer una verdad histórica. Los armenios no pedimos nada más -argumenta-. Hay países que ni reconocen el genocidio. El centenario es una buena oportunidad para hablar de ello». La pieza que prepara unirá a 12 músicos, tanto músicos de clásica que lo acompañan en el Liceu como especialistas en música tradicional armenia.