Los nuevos álbumes de dos formaciones de éxito

Sidonie, atrapados por la electrónica

Publica 'Sierra y Canadá', un estimulante disco con robots de protagonistas

NÚRIA MARTORELL/ Barcelona

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La estimulante capacidad de Sidonie para reinventarse e incluso descolocar queda aún más de manifiesto en su nuevo y logrado disco de ciencia ficción 'Sierra y Canadá (Historia de amor asincrónica)', con dos robots como protagonistas y en el que "el toqueteo, el petting -ríe el cantante y líder, Marc Ros-, entre la electrónica y el pop" llega a cotas maravillosas. El trío barcelonés anda ya de gira por España. Pero la presentación en Barcelona no será hasta el 8 de mayo en el Teatro Latino (la acogedora sala pequeña del Teatre Principal).

'Sierra y Canadá' no es un disco conceptual. Pero casi. "Siempre hemos buscado una estética que unifique. Aquí, además, está la historia de dos personajes que se robotizan cuando se desenamoran, y hemos colado otros temas a modo de banda sonora, como La noche sin final -explica Ros-Pero para mí, discos conceptuales son los de Génesis, Pink Floyd, King Crimson...".

Todo, por un órgano Lowrey

En realidad, el big bang de este compacto está en un órgano Lowrey que compraron en un anticuario, alrededor del cual construyeron el sonido del álbum. "Es como un mueble viejo, con sus teclas de nácar... En su época se vendía como respuesta al Hammond: 'Teclado para el hogar, hágase su propia orquesta en casa...'. Y que nos ha marcado el carácter del disco", explica el vocalista. "Es el hilo conductor", subraya el batería Axel Pi.

"La grabación fue difícil. Sin ensayos, para cambiar la fórmula. No queríamos pasar por el local para no caer en los tics. Buscábamos algo diferente, no el sello de siempre. Comprobar qué sucedía -añade Pi-. Y que el bajista se ponga a tocar el sintetizador es enriquecedor, motiva. Con los años dominamos los instrumentos. Jugar es fascinante. ¡Y ahora estamos jugando!".

En las letras del álbum hay estrofas dolorosas como: «Siempre hay uno que ama más que el otro/ El miedo os mantiene juntos y lo llamáis amor/ El miedo ha decidido por los dos» ('Las dos Coreas'). "Una gran verdad", suelta el bajista Jesús Senra.  "Una canción que deja mal cuerpo -remacha Ros-. Esta letra me la inspiró el escritor húngaro Sándor Márai que en 'La mujer justa' decía precisamente esto: 'uno de los dos ama más'. Lo que me llevó a hacer una reflexión sobre el amor y el desamor, que es devastador. ¡Pero es que el amor es desvastador!".

Y otra letra que llama la atención es 'Yo soy la crema', sobre un personaje muy falto de humildad, "que existe y corre por barrios como los de Gràcia de Barcelona y Malasaña de Madrid", asegura Ros. "Y es extrapolable -añade Pi- a un artista incapaz de ser autocrítico y que se ha perdido en su idolatría".