MUNDIAL DE MOTOCICLISMO

Marc y Àlex disfrutan recordando el título de Moto3 del pequeño Márquez

"Cuando me puse líder del Mundial en Aragón pensé 'esto ya no me lo quita nadie' y así fue, maravilloso", señala Àlex en la presentación del libro 'Un campeón con estrella'

Marc y Àlex Márquez sostienen en sus manos el libro que relata el título mundial del pequeño en Moto3 del pasado año

Marc y Àlex Márquez sostienen en sus manos el libro que relata el título mundial del pequeño en Moto3 del pasado año / periodico

XAVI PÉREZ / LLEIDA

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Si Marc Márquez tenía tres libros, uno por título (125cc, Moto2 y MotoG), su hermano Àlex ya tiene el primero, fruto de su trabajado y costoso cetro mundial del pasado año en Moto3, de la mano de Honda y del equipo técnico de Estrella Galicia 0.0 y la Escuela Monlau de mecánica. Los hermanos Márquez, muy vinculados desde sus inicios a la Diputaciò de Lleida, han querido celebrar el bautismo del libro que explica la conquista del pequeño de la familia en el auditorio de la institución en Lleida, con la presencia esta mañana de los padres de Marc y Àlex, Roser y Julià, el abuelo paterno Ramón, entusiasta seguidor de sus nietos, y la abuela Elvira, madre de mamá Roser. También estuvieron presentes varias decenas de alumnos, niños de corta edad, del colegio Estonnac de Lleida, que hicieron de improvisados periodistas en la presentación.

Marc, anfitrión de su hermano y autor del prólogo del libro que ha escrito nuestro compañero de El Periódico de Catalunya, Emilio Pérez de Rozas, con fotografías del italiano Mirco Lazzari y editado por la editorial Lunwerg, elogió la perseverancia de Àlex y, sobre todo, su empeño y determinación. “Estoy muy orgulloso de todo lo que ha conseguido Àlex desde que decidió ser piloto antes que mecánico, que era su ilusión. Bueno, antes que mi mecánico, que era lo que decía que quería ser”. Marc destacó que Àlex ha tenido que superar “ser el hermano de.., cosa que ha hecho con enorme profesionalidad y trabajo, demostrando que estaba en el Mundial porque era bueno, bueno de verdad, campeón de España de Moto3. Y lo otro que le admiro y elogio es el hecho de haber creído, desde su inicio, desde su improvisación, en el proyecto de Honda para conquistar el cetro de Moto3 partiendo de la nada”.

Àlex ha comentado que lo más difícil fueron los inicios cuando la moto no funcionaba pues estaba en sus improvisados inicios. Eran los tiempos, narra el libro, en los que Emilio Alzamora, manager de los hermanos Márquez, llamaba a Honda Japón y hablaba con el superjefe, Shuhei Nakamoto, y le pedía una mejor moto, más caballos, más velocidad, más competitividad. Y Nakamoto siempre le decía lo mismo: “Emilio todo llegará, ganaremos, ‘no panic’, ‘no panic’”. “La verdad es que Honda cumplió escrupulosamente con lo prometido y, en efecto, a mitad de campeonato empezamos a tener una moto ganadora con la que recuperamos el terreno perdido en los inicios. Y, cuando nos pusimos líderes tras el GP de Aragón, en Motorland, pensé ‘esto ya no me lo quita nadie’. Y así fue, aunque tuvimos grandes premios un poquito sucios con el australiano Jack Miller, todo fue como una seda y pudimos celebrar el título, nada fácil, en Valencia, el último día”.

Los niños del Estonnac acribillaron a Àlex a preguntas y el campeón del 2014 de Moto3 se defendió muy bien, reconociendo que no sabía muy bien “porque quería ser mecánico de Marc” y asegurando que “desde que he ganado el título mi vida fuera de los circuitos ha cambiado un poco, pues la gente me reconoce por la calle pero siempre, siempre, son muy amables conmigo y es muy llevadero”. Eso sí, tanto Àlex como Marc repitieron lo que dicen siempre “que nuestra familia, estar siempre con los papás, nos ayuda, y mucho, a mantener los pies en el suelo”.

El más joven de la platea quiso saber cuánto corría la moto de Àlex. “La del año pasado 240 kilómetros por hora, la de este año de Moto2 un poco más, casi 300 kms/h.” Y, de pronto, se oyó un “¡Uyyyyyy!” muy fuerte en el salón de actos de la Diputaciò de Lleida y era, como no, el niño que se había asustado por lo mucho que corrían las motos de carreras.