El séptimo cielo para los hoteleros

Jean Nouvel y Josep Ribas, arquitectos del Hotel Renaissance.

Jean Nouvel y Josep Ribas, arquitectos del Hotel Renaissance.

P. CASTÁN

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En la agenda turística de Barcelona el único valor siempre seguro para un hotel es la ubicación. Estar céntrico multiplica las opciones de colgar el lleno. Pero cuando palpita el congreso más importante de la ciudad, el epicentro de la demanda es compartido: el entorno de la Fira Gran Via 2 pasa a ser la primera línea del alojamiento. Por eso, el Renaissance Barcelona Fira, a un paso del recinto, tiene reservas de varias empresas participantes desde hace muchos meses. Un hotel copado y entregado las 24 horas, durante cinco días punta, a convertirse en el segundo hogar para los congresistas que ocuparán sus 357 habitaciones.

¿Cómo se afronta la fecha punta del año en un superhotel? Para empezar, los horarios habituales han muerto para dar paso a aperturas avanzadas y cierres retardados, todo para satisfacer al pelotón de ejecutivos. Su restaurante abre estos días a las 12.30 horas para comer, y a las 19.00 para cenar. Su terraza de verano de la planta 27, cerrada en invierno, levanta la persiana durante la feria -si el tiempo lo permite- para que los clientes se relajen en lo que para muchos es un clima primaveral. Y los bares y sus tragos se estiran también como nunca.  Tanto el 24 por la tarde, como el 25, 26 y 28 habrá actuaciones en directo en su bar del vestíbulo para amenizar los ratos libres.

Pero la estética del Renaissance Barcelona Fira también se transforma por unos días. Sus salas de convenciones ejercen de seudoespacio ferial, donde se despliegan estands para que las empresas puedan atender a sus clientes de forma más privada y tranquila. Y el despliegue no olvida la información, con prensa digital gratuita nacional e internacional para todos sus clientes, apunta un responsable.

¿Exigencias y condiciones? Siempre hay tantas particularidades como clientes, pero por goleada esos días se imponen las peticiones de flores, fruta y botellas de cava en las habitaciones, agregan. Una tarea que se desplegó ya ayer, cuando llegaron el 35% de los clientes previstos. El resto lo hará durante la jornada de hoy, con todo a punto.

Como en los otros 25 hoteles de Catalonia en la ciudad, la cita multiplica también la actividad en la recepción, donde los clientes solicitan más que nunca información sobre restaurantes y servicios recomendados, así como transportes con chófer. Y un detalle revela que el tipo de cliente es diferente al del resto del año: las peticiones de servicio de lavandería crecen el 50%.