COHESIÓN URBANÍSTICA

Conciliando infraestructuras

El AMB lidera proyectos para la integración territorial de las distintas infraestructuras metropolitanas

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Anna Rocasalva

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Vertebrar el territorio también significa integrar las infraestructuras metropolitanas. Sobre todo si se quiere avanzar en la construcción de una Barcelona como metrópolis de ciudades. La integración urbana es uno de los objetivos prioritarios dentro del acuerdo de gobierno del mandato 2015-2019 del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).

LA FILOSOFÍA

Elementos de movilidad como las autopistas, el puerto, el aeropuerto y las grandes líneas de transporte de energía, entre otros, son necesarios para desarrollar actividades económicas y generar riqueza en el país. Este tipo de infraestructuras son consideradas como infraestructura dura o gris. «Pero para el AMB también son muy importantes los elementos que mejoran la calidad de vida», matiza el Coordinador general de Infraestructuras del AMB, Antoni Farrero.

Estos últimos están directamente relacionados con el medioambiente, como la depuración de las aguas, el tratamiento de los vertederos y, también, los espacios verdes metropolitanos. «Es lo que nosotros llamamos infraestructura verde, que desarrolla actividades sociales, de salud, de mejora del paisaje y aspectos culturales ligados al territorio», añade. «Nuestro objetivo final es conciliar la infraestructura gris con la verde para que no se conviertan en una barrera», resume Martín Gullón, Coordinador de programas de Infraestructuras del AMB. Se trata de apoyar a los 36 municipios metropolitanos para la integración territorial de las infraestructuras de manera compatible con los criterios de desarrollo económico, social y ambiental del territorio.

EL PROGRAMA

El AMB lidera un programa para compatibilizar la integración de las infraestructuras de desarrollo económico con las de mejora de la calidad de vida llamado PSG. El programa está dotado con 15 millones de euros y en él destacan diversas líneas de actuación.

«La primera de ellas es la recuperación de los espacios fluviales», explica Farrero. El Llobregat y el Besòs son algunos de los corredores que más han sufrido con el desarrollo de la actividad económica. Por eso, desde el AMB se trabaja para la recuperación ambiental, ecológica, paisajística y social de estos espacios. Este sería el caso del río Besòs, que actualmente cuenta con un parque lineal de alta calidad, y el proceso de restauración del Llobregat. «En los espacios fluviales no puede obviarse la infraestructura gris de los muros que contienen las inundaciones, por ejemplo», explica Gullón. «Pero eso no significa que no se pueda hacer una obra de integración para que la población pueda disfrutar de estos espacios», agrega.

INFRAESTRUCTURA VERDE

La segunda línea de actuación trabaja para resolver el contacto que hay entre las infraestructuras de la ciudad y el medio natural. «Allí donde termina un municipio y empiezan los espacios forestales o agrícolas a veces parece tierra de nadie», comenta Farrero. Una observación relevante teniendo en cuenta que un 54% de los 660 km2 de área metropolitana siguen siendo espacios abiertos. Las zonas de contacto entre los espacios abiertos y las urbes se extienden a lo largo de 506 Km.

En este sentido, desde el AMB se trabaja en la revisión del Plan especial de Collserola, cuya aprobación inicial está prevista para el 2018. El objetivo es que los espacios verdes de Collserola se infiltren en las ciudades colindantes de una forma harmoniosa, buscando una calidad de vida social, cultural y ambiental. «Tenemos un gran potencial con todos estos espacios abiertos - afirma el Coordinador general de Infraestructuras - y, si jugamos con ellos en términos de diseño buscando esta infiltración, obtendremos un territorio mucho más equilibrado».

«También tenemos otra línea, que tiene que ver con la gestión territorial de los recursos de todos los espacios agrícolas y forestales», explica Martín Gullón. Una gestión que favorezca la biodiversidad del mosaico agroforestal, aprovechando y valorizando sus productos. La idea es hacer un mejor tratamiento de los bosques y los residuos agrícolas para producir biomasa, que es una energía más limpia que otras como el gasoil. «Aquí también tienen especial importancia los mercados locales con productos de proximidad», añade Gullón.

MITIGAR EFECTOS

La infraestructura gris actúa como elemento vertebrador y organizador del funcionamiento de la metrópolis y estructuran su actividad y las interacciones de los centros económicos, logísticos y residenciales. Por lo tanto, es clave que desde urbanismo se tenga en cuenta y se adapte el diseño dimensionado de la integración de las infraestructuras con las distintas administraciones competentes. Un ejemplo claro son las Rondas de Barcelona o las infraestructuras grises antiguas como la C-31, con las que el ente metropolitano trabaja para mitigar el impacto que tienen sobre el territorio.

«En cuanto a las Rondas, tratamos de cuidar los espacios verdes colindantes e intentamos que el consumo energético dentro de las Rondas sea al mínimo posible», explica Antoni Farrero. Un ejemplo de ello, es la prueba piloto de ir cambiando los sistemas de luces de los túneles de la autopista por iluminación LED, que se están realizando actualmente.

HASTA 2019

Para beneficiarse del PSG se ha abierto un período de proceso participativo hasta 2019, para que todos los municipios metropolitanos puedan presentar propuestas que casen con la filosofía y las líneas de actuación del AMB. Actualmente ya se están llevando a cabo 29 actuaciones en varios municipios.