Un problema de salud pública

La contaminación generada por la movilidad supone hasta el 80% de la polución atmosférica en el área metropolitana de Barcelona. En este sentido, el AMB ya lidera un paquete de medidas para paliar las ineficiencias que produce una movilidad que no es sostenible ni es respetuosa con la salud de las personas. El ente metropolitano apuesta por el desplazamiento a pie y en bicicleta; el fomento de la movilidad eléctrica; y la renovación de la flota y el aumento de los servicios de transporte público, entre otros. «Y una de las medidas que también se impulsará será prohibir el acceso de vehículos contaminantes, como hacen la mayoría de ciudades europeas avanzadas», explica Marc Iglesias, responsable de Proyectos de Movilidad Sostenible del AMB.

A pesar de que la movilidad tiene más impacto en la salud de las personas, el AMB no quiere olvidar el papel de otros sectores en materia de medioambiente. Se trata de liderar la lucha contra la contaminación también en el ámbito industrial y en las obras impulsadas en la metrópolis. «El objetivo final - añade Iglesias - es terminar con las 3.000 muertes anuales causadas por la contaminación del aire».

LA INDUSTRIA

El control de las emisiones atmosféricas en la industria se hace sobretodo a través de las licencias ambientales. Avanzando en este sentido, el Consejo de Municipios Metropolitanos para la Lucha contra la Contaminación Atmosférica aprobó, el pasado enero de 2017, la Guía de Usuarios para el Control de Generadores de Bajas Emisiones Atmosféricas «para que todas las licencias fuesen lo más homogéneas posibles y para hacer una recopilación de toda la legislación vigente», justifica la responsable de Servicio de la Autoridad Ambiental, Carmen Montaña.

Los destinatarios preferentes de la guía son las Ponencias Metropolitanas y Municipales de Evaluación Ambiental, y está dirigida a apoyar los servicios técnicos en su aplicación diaria de la tramitación de nuevas actividades industriales y en el seguimiento de las existentes. La guía se focaliza en la identificación de los límites de emisión para la intensidad y tipo de contaminantes que emite la actividad industrial y en el planteamiento de propuestas para avanzar en el mejor control de estas emisiones. «Tanto a nivel de sector, como a nivel de volumen de actividad, no queríamos dejarlo solo en las manos de las empresas - agrega Montaña - por eso creímos que se les tenía que proporcionar un marco y unas directrices donde poder trabajar». De aquí nace el Plan de acción genérico de reducción de las emisiones de las industrias.

PLAN DE ACCIÓN

Es de vital importancia que las industrias tomen conciencia de la problemática y participen en la reducción de la contaminación. En este sentido, el AMB trabaja en la elaboración del Plan de Acción Genérico de Reducción de las Emisiones de las Industrias, cuya aprobación está prevista para finales de este mismo año. El plan identificará una serie de actuaciones, generales y específicas, que la actividad industrial debería adoptar como base para la elaboración de sus planes de acción individuales contribuyendo así a la reducción de las emisiones.

«Habrá actuaciones transversales para todas industrias, como las medidas de buenas prácticas medioambientales», explica la responsable de Servicio de la Autoridad Ambiental. «Pero también habrá actuaciones más estrictas en función de la fase de contaminación y, según la actividad industrial», afirma. El objetivo final del Plan de Acción Genérico de Reducción de las Emisiones de las Industrias es reducir las partículas en suspensión (PM10 ) y el dióxido de nitrógeno (NO2), altamente perjudiciales para la salud de las personas. 

LAS OBRAS

En el caso concreto de las obras, en el 2016 el AMB publicó la Guía de Buenas Prácticas en Obras para prevenir la contaminación atmosférica en la construcción, tanto pública como privada, en municipios metropolitanos. «Se trata de proponer medidas para no contribuir en el aumento de la contaminación en condiciones normales y saber qué hacer en caso de un episodio de riesgo elevado», comenta Elena Veza, técnica de Servicios Ambientales del AMB.

También se está trabajando en incentivar a aquellos municipios que no aplican medidas y tratar de elaborar una ordenanza de aplicación para el sector privado. «A principios de 2018, el AMB también tendrá un modelo dedispersión, predicción y evaluación de NO2 y PM10», explica Veza, que permitirá predecir la evaluación de los contaminantes así como la efectividad de las medidas a implementar. El modelo ya se está aplicando en Barcelona y en un futuro se implementará en Badalona, Sant Adrià del Besòs, Santa Coloma de Gramenet, Hospitalet de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Sant Just Desvern y el Prat de Llobregat.

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