Estudio científico

Sequía y patógenos, combinación mortal para los árboles

Un estudio ilustra cómo la falta de recursos hídricos amenaza la integridad de especies típicas del continente europeo 

Pino

Pino

Valentina Raffio

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Los árboles europeos se enfrentan ahora mismo a un cóctel explosivo. Por un lado, el avance de las sequías reduce drásticamente los recursos vitales que necesita la vegetación para prosperar. Por el otro, la expansión de unos patógenos pone en riesgo la supervivencia de algunas especies emblemáticas. Según apunta una investigación internacional realizada en colaboración con el Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), esta combinación no solo avanza a un ritmo desbocado sino que, además, se retroalimenta. "Las sequías están transformando enfermedades crónicas de los árboles en mortales", concluye el trabajo.

El estudio centra sus esfuerzos en el pino silvestre (Pinus sylvestris) y pícea europea (Picea abies), unas especies típicas del continente europeo. En ambos casos, según alertan los expertos, estos árboles están siendo afectados por un hongo (Heterobasidion annosum) que ataca tronco y las raíces de los árboles y, a la larga, provoca su descomposición. En estos momentos, esta plaga se expande con fuerza por los Pirineos. En esta zona se calcula que más del 30% de los bosques formados por estas especies están afectados por esta enfermedad.

En situaciones normales, los árboles afectados por este hongo logran sobrevivir a la enfermedad (aunque, eso sí, a veces crecen menos, son más susceptibles a los vendavales y pierden buena parte del valor de su madera). Todo apunta a que estas especies pueden resistir frente a muchas adversidades pero, según destaca el estudio liderado por investigadores catalanes, hay un elemento que consigue ponerlos en jaque: la falta de recursos hídricos.

Fenómeno al alza

El estudio ha estudiado durante cinco meses las diferencias entre árboles afectados por el patógeno expuestos a la sequía y otros en condiciones normales. El análisis, publicado en la revista 'Plant, Cell & Environment', muestra que los árboles expuestos a la falta de agua desarrollaban lesiones el doble de grandes que sus congéneres que habían sido bien regados. Los expertos también mostraron que la combinación de sequía y hongos aumentaba significativamente las tasas de mortalidad de estas especies.

Según explican los investigadores que han liderado este trabajo, la sequía reduce las reservas de carbono de los árboles y perjudica su capacidad para construir barreras de defensa y revertir el patógeno. Paralelamente, se ha demostrado que mientras los árboles intentan deshacerse de los patógenos también reducen la cantidad de carbono disponible para hacer frente al estrés hídrico y, así haciendo, pierden rendimiento hidráulico y aumentan sus respectivas tasas de mortalidad.

Este fenómeno amenaza con ir a más en las próximas décadas. Sobre todo porque, tal y como pronostican innumerables estudios, el avance del calentamiento global en el continente europeo extremará cada vez más la duración y la intensidad de las sequías. "El cambio climático plantea retos cada vez más grandes para los ecosistemas forestales", concluye la investigación, que destaca el peligro tanto de la introducción de patógenos como la virulencia de la sequía para los bosques europeos.