Lluvia torrencial

Tres años del temporal Gloria: el Delta de l'Ebre sigue sin levantar cabeza

Un centenar de manifestantes denuncia el mal estado del ecosistema tres años después de la llegada de la borrasca Gloria

Los expertos piden reforzar la gestión del territorio ante el auge de los extremos climáticos

El azote de 'Gloria' deja un Delta del Ebro aún más frágil

El azote de 'Gloria' deja un Delta del Ebro aún más frágil

Valentina Raffio

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Hace exactamente tres años, la llegada de una violenta borrasca puso patas arriba la Península Ibérica. En algunas zonas del litoral, la tormenta cogió tanta fuerza que se convirtió en una de las más torrenciales de las últimas décadas. En el Delta de l'Ebre, las intensas lluvias, unidas a la bravura de las olas, anegaron unas 3.200 hectáreas de terreno, destruyeron cientos de arrozales y pusieron en jaque varios ecosistemas. Ahora, en el tercer aniversario de esta tempestad, movimientos sociales y plataformas de vecinos de la zona denuncian que el Delta aún no ha conseguido levantar cabeza tras el Gloria.

Un centenar de personas se han concentrado este domingo en la playa del Trabucador –una de las zonas que, en su día, quedó más expuesta a la bravura de la tormenta– para denunciar el mal estado de la zona. Los manifestantes han reclamado, por un lado, la aprobación de un nuevo plan integral de protección del Delta y, por el otro, que se aumente el presupuesto para las actuaciones previstas. "Las medidas actuales no son suficientes", ha afirmado Matilde Font, portavoz de la Plataforma en Defensa de l'Ebre (PDE), en declaraciones a la ACN.

Uno de los grandes temas de debate tiene que ver con cómo conseguir que el Delta, cada vez más erosionado por el avance del mar y el impacto de las tormentas, vuelva a recuperar su forma. Las plataformas de la zona reforzar los trasvases de sedimentos hacia las zonas más vulnerables del ecosistema. La disputa se centra ahora sobre cómo, cuándo y a qué precio hay que realizar este tipo de actuaciones. "Las actuaciones en la costa son necesarias por la angustia que sufre el territorio. Pero debemos ser más ambiciosos en las actuaciones río arriba. Se necesitan sedimentos. Son la solución a largo plazo", han clamado los manifestantes en la protesta de este domingo.

Auge de los extremos climáticos

El hecho de que tres años después del temporal Gloria haya zonas que sigan agonizando también ha permitido reabrir el debate sobre cómo deberíamos prepararnos para un futuro en el que este tipo de eventos vayan a más. Según explica la investigadora Annelies Broekman, del Centro de Investigación Ecológica (CREAF), urge poner en marcha acciones para adaptarnos al auge de los fenómenos meteorológicos extremos. "Debemos aprender a convivir con el riesgo que suponen", destaca la científica en un análisis publicado sobre el tercer aniversario del Gloria.

Broekman sugiere, por un lado, rediseñar estas zonas (y el uso que se les da) para minimizar el riesgo que supone la llegada de un temporal. Por otro lado, la experta reclama restablecer los mecanismos naturales de protección que se han estropeado (como las dunas y los sedimentos de los ríos). "L' Ebre es un río sobreexplotado y, por eso mimo, ahora mismo no llegan al mar los sedimentos necesarios para mantener el delta, sus dunas y playas. Si estas estructuras naturales no se restauran podemos perderlo", destaca la científica.