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Demostrado: plantar árboles en las ciudades salva vidas

El aumento de la vegetación urbana reduce notablemente la mortalidad, concluye un estudio científico

Demostrado: plantar árboles en las ciudades salva vidas

Demostrado: plantar árboles en las ciudades salva vidas / Britannica

Ramón Díaz

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Plantar árboles no solo es un arma poderosa contra el cambio climático, también salva vidas. Así lo ha demostrado un estudio científico internacional con participación española. La presencia de árboles reduce la mortalidad por causas cardiovasculares un 6% y hasta un 20% por otras causas no accidentales. El efecto es más pronunciado a medida que el número de árboles crece y los ejemplares envejecen.

Los científicos ya sabían de antemano, porque así lo habían demostrado varios estudios, que la exposición al entorno natural se asocia con una menor mortalidad no accidental. Pero faltaban investigaciones detalladas sobre los efectos que provocan en los seres humanos los cambios en la vegetación urbana y, sobre todo, su evolución en el tiempo.

Los autores del estudio aprovecharon que una organización estadounidense sin ánimo de lucro ‘Friends of trees’ (Amigos de los árboles) promovió durante los últimos treinta años la plantación de decenas de miles de árboles en la ciudad de Portland. Y estudiaron su relación con la mortalidad no accidental, cardiovascular, respiratoria inferior y accidental.

Las conclusiones no dejan lugar a dudas: "Los árboles plantados en los 15 años anteriores se asociaron con reducciones significativas en la mortalidad no accidental y cardiovascular. Además, la relación dosis-respuesta entre la plantación de árboles y la mortalidad no accidental aumentó en magnitud a medida que los árboles envejecían y crecían", recoge el estudio.

Árboles en una calle de Barcelona

Árboles en una calle de Barcelona / Pixabay

"Cada árbol plantado en los últimos cinco años se asoció con una reducción en la tasa de mortalidad de −0,154, mientras que cada árbol plantado en los últimos 6 a 10 y 11 a 15 años se asoció con reducciones aún mayores, de -0,262 y -0,306 respectivamente".

Los varones, más favorecidos

"Específicamente, plantar 11,7 árboles en cada una de las 140 zonas (el número medio anual plantado en cada una de ellas) se asoció con 15,6 menos muertes no accidentales por año y 5,0 menos muertes por enfermedades cardiovasculares al año", recoge el estudio.

"También encontramos que a medida que los árboles envejecían y crecían, aumentaba la magnitud de la asociación entre la plantación de árboles y la mortalidad", añaden los investigadores, que descubrieron asimismo que la plantación de árboles tiene "asociaciones inversas más fuertes con la mortalidad masculina". Esto es, que plantar árboles favorece aún más a los varones.

Parque Monte Tabor, en Portland.

Parque Monte Tabor, en Portland. / unsplash

Pero también se observaron asociaciones inversas más fuertes con la mortalidad entre las personas de 65 años o más: cuantos más árboles, menos fallecimientos de ancianos.

El hecho de que no se encontrara relación alguna entre las muertes accidentales y las plantaciones viene a corroborar la principal conclusión, la de que "plantar árboles reduce la mortalidad no accidental y, por lo tanto, salva vidas".

"Además, encontramos que la asociación entre la plantación de árboles y la mortalidad no varió significativamente entre las zonas con una cubierta de árboles ya existente alta y baja, lo que sugiere que las plantaciones proporcionan beneficios para la salud tanto en los vecindarios verdes como en los menos verdes", subrayan los autores.

Los investigadores han concluido, además, que los beneficios económicos de las plantaciones superan "ampliamente" el coste de mantenimiento, teniendo en cuenta la reducción de la mortalidad y, en consecuencia, de gastos como los sanitarios.

"Plantar un árbol en cada una de las 140 secciones censales de Portland generaría 14,2 millones de dólares en beneficios anuales, mientras que el costo anual de mantenimiento de 140 árboles sería de entre 2.716 y 13.720 dólares", detalla el informe. Traducido: los beneficios son más de mil veces mayores que el mantenimiento.

Menos trastornos del estado de ánimo

Las conclusiones de esta investigación coinciden con otras previas que asociaron la exposición a mayor vegetación residencial con una menor mortalidad. Coinciden asimismo con las de otro estudio realizado también en Portland que concluyó que la pérdida de árboles por una plaga arbórea invasiva estuvo asociada con aumentos en la mortalidad cardiovascular y respiratoria baja.

De tal modo que "la evidencia es simétrica: la pérdida de árboles se acompaña de aumentos en la mortalidad, mientras que plantar árboles se asocia con disminuciones en la mortalidad", recoge el estudio, publicado este año en ‘ScienceDirect.com’.

Los hallazgos son del mismo modo consistentes con otro estudio publicado este año, que asoció la exposición a árboles más grandes en Bruselas (Bélgica) con menos recetas para enfermedades cardiovasculares y menos trastornos del estado de ánimo.

La Casa de Campo, en Madrid.

La Casa de Campo, en Madrid. / Diario de Madrid

Los resultados no brindan información directa sobre los mecanismos que vinculan la plantación de árboles y las reducciones en la mortalidad no accidental. "Sin embargo, nuestro hallazgo de que los árboles más grandes están asociados con mayores reducciones en la mortalidad es consistente con varios mecanismos", detallan los autores.

"Por ejemplo, a medida que un árbol crece, su área foliar aumenta, lo que también aumenta la capacidad del árbol para absorber la contaminación del aire, moderar la temperatura y amortiguar el ruido. Además, en todas las culturas, los árboles más grandes son estéticamente más atractivos, por lo que pueden ser más restauradores psicológicamente y más efectivos para promover la cohesión social", explican.

En la investigación participaron el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) del Instituto de Salud Carlos III. 

Estudio de referencia: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412022005360

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