Patrimonio natural

Catalunya lanza un Observatorio de la Biodiversidad para (intentar) frenar la pérdida de especies

El centro, impulsado por la 'conselleria' d'Acció Climàtica, trabajará para mejorar las políticas de conservación de la naturaleza

Ejemplares de leiotrix piquirrojo

Ejemplares de leiotrix piquirrojo / Atlas dels Ocells nidificants de Catalunya

Valentina Raffio

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En tan solo dos décadas, Catalunya ha perdido un 25% de las especies autóctonas del territorio. En ecosistemas como los ríos, los lagos y los humedales, se calcula que la pérdida de ejemplares es superior al 50% en muchas especies. En entornos agrícolas, el 30% de animales ha desaparecido. Y en los bosques, un 10% más. Estas son algunas de las cifras que ilustran la pérdida de biodiversidad que ha ocurrido en los últimos años y que, a su vez, demuestran la importancia de proteger este patrimonio natural. Con esta premisa en mente, Catalunya estrena su Observatori del Patrimoni Natural i la Biodiversitat: una institución dedicada, por un lado, a monitorizar la evolución de la flora y fauna en el territorio y, por el otro, a mejorar las políticas de conservación de la naturaleza.

El centro, impulsado por la 'conselleria' d'Acció Climàtica de la Generalitat, aunará los esfuerzos de instituciones científicas, universidades, oenegés, redes de ciudadanos y administraciones públicas. Según explica el coordinador de este nuevo Observatori de la Biodiversitat de Catalunya, Lluís Brotons, "el objetivo es que este espacio se convierta en un punto de encuentro para que, entre todos, podamos diseñar mejores políticas de gestión y conservación de los espacios naturales". "De nada sirve que un informe o una ley apunten a un objetivo si después estas metas no se pueden trasladar a la realidad. Necesitamos más colaboración entre las diferentes partes implicadas", constata el experto.

En esta misma línea se pronuncia el director general de Polítiques Ambientals i Medi Natural, Marc Vilahur, al destacar la necesidad de adoptar políticas "transversales y valientes" para hacer frente a la crisis ambiental. Vilahur destaca, por ejemplo, el reto de transformar todo el conocimiento científico que se ha obtenido sobre el terreno (y que constata la pérdida de especies) en medidas concretas que permitan mejorar la conservación del patrimonio natural. "Estamos ante un problema muy complejo y sabemos que ninguna institución por sí sola podrá solucionarlo. Necesitamos un espacio en común en el que dialogar entre las partes implicadas", destaca el ambientólogo.

Erosión de los ecosistemas

Hace años que la Plataforma Intergubernamental Científica sobre biodiversidad y ecosistemas (IPBES), el mayor organismo del mundo dedicado al estudio de la flora y fauna, reclama a los países y comunidades que pongan en marcha observatorios de biodiversidad en todos los rincones del globo. En primer lugar, porque sigue habiendo grandes "lagunas de conocimiento" sobre cómo la crisis climática está afectando a diferentes especies. Y en segundo lugar, porque urge dar un paso de gigante en cuanto a políticas de conservación. Catalunya, en este sentido, lanza su Observatori de la Biodiversitat inspirándose en otros centros pioneros del mundo que, poco a poco, están consiguiendo proteger a las especies de su territorio.

Para entender la magnitud del reto, Brotons explica que estamos ante un proceso de erosión constante de la red de biodiversidad". Este diagnóstico, a grandes rasgos, se refleja en ecosistemas de todo el mundo. En el caso de Catalunya, este proceso ha supuesto la pérdida y deterioro de tanto de especies como de ecosistemas. En los últimos 30 años, por ejemplo, en algunas zonas de la región mediterránea han desaparecido hasta el 60% de las poblaciones de mariposas, una especie que también sirve de 'termómetro' para evaluar el avance de la crisis climática en el territorio.

"Estamos ante un proceso de erosión constante de la red de biodiversidad"

— Lluís Brotons, director del Observatori de la Biodiversitat

Más allá de los casos que ya destacan en la 'lista roja' de especies vulnerables, los expertos también destacan el problema que supone no tener información suficiente para conocer el "estado de salud" de una especie. La investigadora Núria Pou, del Centro Tecnológico Forestal de Catalunya (CTFC), ilustra esta problemática con el ejemplo de las praderas de Posidonia de Catalunya, una especie de planta acuática que sigue siendo una de las grandes desconocidas. "No tenemos estudios completos y largo plazo sobre estas plantas acuáticas. Y esto entorpece el diseño de políticas adecuadas para la conservación de esta especie", argumenta la experta.

El Observatori de la Biodiversitat i del Patrimoni Natural de Catalunya, pues, nace con el afán de mejorar el diagnóstico de la biodiversidad pero también con la convicción de que hacen falta más y mejores soluciones para protegerla. Uno de los ingredientes clave, esgrimen los impulsores de esta institución, serán los proyectos de ciencia ciudadana. Como la recién lanzada iniciativa en la que un grupo de ciudadanos se han propuesto, siguiendo el método científico, colaborar en la elaboración del primer gran mapa de mamíferos en Catalunya.

Anna Barnadas, secretaria d'Acció Climàtica, aplaudido la presentación de este proyecto y ha adelantado que la Generalitat está trabajando en una nueva normativa para respaldar, aún más, la protección de la biodiversidad en Catalunya. El nuevo marco legal se construirá, en parte, a partir de un proceso participativo y todo apunta a que hacia finales de año saldrá a luz a finales de diciembre.