Traslado complejo

Una ballena de 14 metros recorre la autovía sur de Las Palmas de Gran Canaria

Una patrulla de la Guardia Civil, durante la custodia del cadáver del cetáceo desde el Puerto hasta Juan Grande.

Una patrulla de la Guardia Civil, durante la custodia del cadáver del cetáceo desde el Puerto hasta Juan Grande. / La Provincia / Diario de Las Palmas

Alberto Castellano

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El cadáver de un enorme cetáceo de unos 14 metros de longitud y 22 toneladas de peso sorprendió en la tarde de este jueves a los usuarios de la Avenida Marítima de Las Palmas de Gran Canaria y la autovía del Sur (GC-1). El traslado de este rorcual hallado el pasado miércoles cerca del Puerto de La Luz se convirtió en una tarea compleja en la que participaron hasta cuatro empresas, que ceden sus medios sin coste alguno, y cinco organismos públicos. Los restos se depositaron, después de varias horas de trabajo, en el Ecoparque de Juan Grande, donde estaba previsto que se le practicase la autopsia.

El primero de los pasos en esta operación lo da Salvamento Marítimo, que con la embarcación Salvamar Nunki fue el encargado de llevar el mamífero desde el lugar donde fue avistado, a 4 millas al este del Puerto, hasta el muelle Nelson Mandela. Antes, una embarcación de Fred Olsen había dado el aviso de la presencia del cadáver, que podía suponer un obstáculo para la navegación. A mediodía de este jueves, con unas horas de demora por los viajes de prueba del hidroavión que pretende conectar Las Palmas de Gran Canaria con Santa Cruz de Tenerife, la Nunki trasladó el cetáceo hasta las instalaciones de Astican, que ofreció sus grúas para su izado. Allí se encontraban ya los buzos de la empresa de trabajos submarinos Reprosub, que con dos lingas -cuerdas gruesas provista de ganchos para levantar o arrastrar grandes pesos- rodearon el enorme rorcual en puntos estratégicos para evitar que el cadáver se partiera por algunos de sus puntos.

En el cantil esperaba un camión de Eurogruas Canarias 2014, que cargaba un contenedor de Boluda de 12 metros para evitar que algún trozo de los restos del animal pudieran caer a la carretera. Debido al enorme tamaño del cetáceo, la cola sobresalía dos metros, lo que obligó a que tuviera que ser custodiado durante todo el trayecto. Todos estos trabajos fueron supervisados por agentes de la Policía Portuaria.

Los primeros en escoltar al mamífero fueron los componentes de la Unidad de Tráfico de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, quienes en el túnel de La Laja dieron paso a sus compañeros de la Guardia Civil de Tráfico. Estos acompañaron al camión hasta el vertedero de Juan Grande, donde a la entrada se pesó el rorcual: unas 22 toneladas, según indicaron fuentes del proceso de traslado.

Los veterinarios del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de la ULPGC tenían previsto realizar la necropsia al cadáver para intentar conocer la causa de su muerte. Uno de sus componentes, el doctor universitario Manuel Arbelo, declaró que el cetáceo es un rorcual común, que llevaría varios días flotando dado el estado de descomposición que presentaba. Arbelo apuntó que el deterioro que presenta el cetáceo "va a limitar la capacidad de diagnóstico" de su fallecimiento.