Presión para que España reconozca la emergencia climática y actúe

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Manuel Vilaseró

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Los principales oenegés ecologistas españolas y los nuevos movimientos juveniles como los Fridays for Future liderados por la sueca Greta Thünberg se han juntado este martes por vez primera para lanzar un llamamiento conjunto a los gobiernos que se formaran tras estos meses electorales. Todos deben declarar "el estado de emergencia climática" y "actuar" de inmediato, reclaman las organizaciones.

Los 26 colectivos que firman el escrito no se conformarán con grandes palabras de cara a la galería como ha ocurrido con la declaración aprobada por el Parlamento británico o la reciente lanzada por el Consell exceutiu de la Generalitat.  Se movilizarán hasta que logren "una actuación rápida y contundente" que evite "los peores escenarios indicados por la ciencia". El llamamiento está dirigido tanto a los futuros gobiernos locales como a los autonómicos, el central e incluso el de ámbito europeo.   

Huelgas escolares

Las organizaciones ecologistas no habían logrado hasta hace poco que la población se movilizara en las calles contra el cambio climático, aún estando de acuerdo la gran mayoría de la población en el peligro que comporta. Se habían convocado manifestaciones pero la participación en las mismas venía siendo escasa por lo lejano y abstracto que parecía el objetivo. Pero onda expansiva de la llamada desesperada de Greta Thünberg y sus viernes de huelgas escolares por el clima han dado un vuelco a la situación.

El pasado 15 de marzo centenares de miles de estudiantes salieron simultáneamente a las calles de más de mil ciudades de todo el mundo y el próximo viernes han vuelto a convocarlos. "No vamos a parar hasta que se tomen medidas reales. No nos conformamos con titulares de los periódicos, porque nos están robando el futuro"  ha advertido la portavoz de Fridays For Future España, Manuela Martín. A la movilización del viernes ya se han apuntado 30 ciudades españolas.

El momento en que se ha fraguado la alianza no puede ser más oportuno. Acaba un largo período en el que la lucha contra el cambio climático había sido apenas una nota a pie de página en las actuaciones de los sucesivos gobiernos del PP, mientras las alertas mundiales sobre la aceleracion del calentamiento global se multiplican. A casi todas las administraciones se les abre un período de cuztro años, que, en palabras del director de Greenpeace España, Mario Rodríguez,  deberá ser "la legislatura de la emergencia climática".

Medidas valientes

 "Hay que tomar medidas valientes en los próximos cuatro años sino este país tendrá problemas", ha advertido el dirigente ecologista, después de recordar que ya se están viviendo acontecimientos insospechados tiempo atrás como que en el Ártico ruso se hayan alcanzado los 29 ºC o que el verano en España se haya alargado cinco semanas.

Además de Greenpeace, firman el llamamiento Ecologistas en Acción, WWF y Seo Bird Life,  entre las oenegés clásicas. Además de Fridays for Future, también lo apoyan la replica de este movimiento entre los docentes, Teachers for Future, Madres por el Clima, 2020 Rebelión por el Clima, Extinción/Rebelión Spain y así hasta sumar 26 colectivos.

Ésta última es la franquicia de la británica de Extinction Rebelion, que durante semanas cortó el paso en varios puentes de Londres e irrumpió en el Parlamento británico con espectaculares acciones hasta que lograron que los legisladores declararan la situación de emergencia climática.

Acciones por separado

El llamamiento conjunto no significa que a partir de ahora actúen a la vez. "Cada uno va a seguir su camino a la hora de actuar", según Nicolás Eliades, de Rebelión/Extinción España, que piensa trasladar a España las acciones de "desobediencia civil". Están todos de acuerdo en que los políticos "deben actuar más rápido", pero no cuánto más rápido, como ejemplifica la disparidad de los objetivos exigidos por cada colectivo.

Greenpeace propugna, por ejemplo, la reducción a cero de las emisiones efecto invernadero en el 2040, mientras Extinción/Rebelión quiere que esto se produzca ya en el 2025. Ante estas discrepancias, se ha optado por fijar una "línea roja de la que no se debería bajar" y que figura en el escrito consensuado: una reducción de emisiones del 7% anual, lo que significaría un descenso del 61% en el 2030 y su casi desaparición en el 2040.

El doble que el plan del Gobierno

El objetivo está muy alejado del Plan Nacional Integrado de Energia y Clima (PNIEC) que el anterior Gobierno mandó a Bruselas antes de entrar en funciones y que fijaba el recorte de emisiones en poco más de la mitad de las reclamadas ahora por las oenegés, un 32% en el horizonte 2030 respecto a las registradas en el 2017. La descarbonización total no se produciría hasta 2050, en coherencia con los objetivos marcados por la Unión Europea y el Acuerdo de París.

Más allá de estas diferencias, el Gobierno se ha mostrado dispuesto a impulsar la declaración de emergencia climática en el Congreso de los Diputados en cuando sea investido, acompañándolo de la ley de la tramitación de la ley de Cambio Cambio cuyo anteproyecto redactó durante los escasos ocho meses que se mantuvo en plenitud de funciones.

Ribera suscribe la emergencia

"Estamos ante una emergencia climática. De formarse un gobierno liderado por el PSOE, se impulsarán actuaciones de respuesta frente a esta crisis", ha indicado la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, tras conocer el comunicado.