REGISTRO DE TEMPERATURAS Y LLUVIA

El testigo del tiempo

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

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Las olas de calor extremo, los grandes diluvios y otras muchas variables meteorológicas acaecidas junto al Tibidabo, con la ciudad de Barcelona a sus pies, se han conservado sin interrupción durante 100 años gracias a una singular estación instalada en el Observatorio Fabra y a los observadores que se han encargado de apuntar los datos con disciplina diaria. La serie obtenida, que no se detuvo ni durante la guerra, celebró ayer su centenario convertida en un referente en la historia del clima, un hito al alcance de muy pocas ciudades.

«Si los datos no se hubieran tomado siempre en el mismo sitio y de forma similar, no podríamos compararlos», resume Marc Prohom, jefe de Climatología del Servei Meteorològic (SMC-Meteocat). En definitiva, no tendrían validez. De hecho, el pluviómetro y los termómetros de alcohol y mercurio situados en el interior de una garita son prácticamente idénticos a los que había en 1913. La serie del Fabra no es la más antigua de Catalunya en el mismo emplazamiento, privilegio que corresponde al Observatorio del Ebro, en Roquetes, que se inició 1905, pero esta estación sufrió un breve paréntesis con motivo de la guerra civil.

El Observatorio Fabra, propiedad de la Reial Acadèmia de Ciències, alcanzó notoriedad en las primeras décadas del pasado siglo gracias a los descubrimientos astronómicos de Josep Comas Solà, incluidos varios satélites y asteroides, y a sus sensores sísmicos, pero es la serie meteorológica lo que mejor ha soportado el paso del tiempo. «El Fabra está en el término municipal de Barcelona, pero lógicamente no es un referente del tiempo que se vive en el centro, donde las temperaturas suelen ser más suaves por la cercanía del mar -ilustra Prohom- . Sin embargo, sí es una herramienta clave para analizar la evolución del tiempo y el cambio climático». En este sentido, el jefe de Climatología del SMC considera que, a sus 412 metros de altura y rodeada de bosque, la estación apenas nota el efecto de isla urbana derivado del crecimiento de Barcelona. También considera desdeñables los problemas causados por la mayor frecuentación del observatorio, incluido un aparcamiento. Las estaciones tradicionales en el centro de la ciudad o bien han cambiado de emplazamiento o bien sus resultados se ven muy influidos por la urbanización.

Efemérides famosas

El análisis de los datos permite observar que las temperaturas en el Fabra han subido 1,2 grados de media desde el inicio de las observaciones, más incluso que la media mundial para el mismo periodo, y que la mayoría del incremento se concentra a partir de 1985. En cuanto a lluvias, en cambio, no hay tendencias claras, aunque sí efemérides espectaculares como los 195 litros por metro cuadrado recogidos el 5 de diciembre de 1971. Como otras curiosidades, el mes más cálido de la serie es agosto del 2003, mientras la clasificación por años la encabeza el 2006. Por lo que respecta al frío, el mes más gélido fue febrero del 1956, con un histórico -10º.

Además, el 29 de abril de 1984 se registró una racha de viento de ¡144 kilómetros por hora!

Junto a la centenaria estación manual, el SMC instaló en 1995 un nuevo equipo automático que permite obtener datos continuos del enclave sin salir de un despacho. «Los resultados son casi idénticos, pero para mantener la serie debemos utilizar los datos de la estación manual», advierte Prohom.