La adelfa, una de las plantas más venenosas del planeta, sigue a la venta en España
La comercialización del denominado laurel de jardín que habitualmente bordea las autopistas es un peligro real en el ámbito doméstico
Eduardo López Alonso
Periodista.
Trabajo en El Periódico de Catalunya desde 1992, la mayor parte de ese tiempo en la sección de Economía. Ahora, en la sección Panorama que agrupa a Economía, Política e Internacional. Antes estuve en el diario ABC (Economía), Televisión Española (Economía), Grupo Recoletos (gratuitos locales) y en el ámbito de las televisiones locales (realizador). Licenciado en periodismo, diplomado en publicidad, máster de Información de Económica por la UAB y el Col·legi de Periodistas de Catalunya, cursé el doctorado de Económicas en la Universitat de Barcelona, pendiente de tesis doctoral ('Gestión de medios de comunicación en tiempos de crisis'). Autor del libro 'Las prejubilaciones del menosprecio'.
EDUARDO LÓPEZ ALONSO / Barcelona
La adelfa 'Nerium oleander', una de las plantas más venenosas del planeta, sigue a la venta en España. De nada sirve que desde el 2004 esté prohibida la venta por su elevada toxicidad (según el BOE). Sea a través de viveros o a través de internet, cualquiera puede sucumbir a un atractivo precio y recurrir a esta vistosa y resistente planta para decorar un jardín o un balcón. Si lo hace corre peligro. Especialmente si hay niños en casa o experimenta y emplea sus hojas como si fueran las de laurel. Los perros también corren el riesgo de morir por la ingestión de hojas de adelfa.
Pese a que por 50 céntimos es posible comprar una planta que podrá convertirse en un arbusto a prueba de sequías, el contacto pegajoso del envés de sus hojas parece anunciar la silenciosa amenaza de una de las cinco plantas más venenosas de nuestro entorno, según algunos expertos.
Cuenta la leyenda, que durante las guerras napoleónicas las tropas francesas se envenenaron al comer carne ensartada en ramas de adelfa. Sea cierto o no, de haberse producido, los efectos hubieran boicoteado el festín. La ingestión de las hojas de Adelfa supone irremisiblemente, entre 4-12 horas después de la ingesta, alteraciones gastrointestinales acompañadas de náuseas y vómitos, con deposiciones diarreicas sanguinolentas, vértigo, alteraciones nerviosas, taquicardia y arritmias. En el caso de una salud precaria, la parada cardiaca es posible. Pese a ese riesgo, sigue a la venta.
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