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Peatones en la calle Sant Josep de Mataró

Peatones en la calle Sant Josep de Mataró / Jordi Pujolar/ACN

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El Ayuntamiento de Mataró hace la enésima apuesta por convertir el centro de la ciudad en una gran isla peatonal. El proceso se inició en 2020, pero en los últimos años ha habido un "reiterado incumplimiento" de los usos, con un uso intensivo de los vehículos en zonas reservadas para peatones, sin que hubiera sanciones.

"La indisciplina era recurrente", admite el concejal de Movilidad, Xesco Gomar (PSC). Ahora, sin embargo, el paso que se da parece definitivo. El consistorio ha instalado diecinueve cámaras en el entorno para poder sancionar a los vehículos que accedan fuera del horario establecido y que permanezcan más tiempo del permitido, que se ha fijado en 30 minutos para la carga y descarga. Además, la remodelada calle Sant Josep, será exclusiva para peatones.

El anuncio que ha hecho el Ayuntamiento de Mataró este miércoles supone un cambio sustancial respecto a las previsiones del Pla d'Impuls del Centre (PIC), donde se planteaba que la calle Sant Josep siguiera siendo transitable para los vehículos, a pesar de su transformación en una vía de plataforma única.

De hecho, han sido las mismas obras de la calle las que han hecho dar cuenta a los técnicos municipales de que mantenerlo cerrado al paso de vehículos era la solución a adoptar de forma definitiva. Las obras, explican, les han permitido realizar una "prueba piloto" sobre la movilidad en su entorno que ahora se consolidarán.

En este sentido, el acceso de vehículos al eje de la Riera se mantiene por la calle Argentona y el sentido del tráfico será de bajada. "La calle Sant Josep ha venido para ser peatonal y se quedará siendo peatonal", insiste el concejal, que considera que las pruebas durante los meses de abren "han funcionado" y los ciudadanos "se lo han hecho suyo".

Sanciones de 90 a 200 euros

Una vez ordenada la movilidad el segundo paso es combatir la "indisciplina" existente, aunque hasta el momento también existía "unos horarios y usos que se incumplían de forma reiterada". Ahora, explican los técnicos, se combatirá la indisciplina con sanciones, que pueden ir de los 90 a los 200 euros.

Serán sancionables los vehículos que intenten acceder a Sant Josep sin ser vecinos, también los que entren en la isla peatonal del entorno de la Riera fuera del horario establecido para la carga y la descarga o aquellos que allí permanezcan más de 30 minutos, a pesar de hacerlo en el horario permitido. Este tiempo se controlará con una 'telaraña' de cámaras en todas las calles de entrada y salida.

El horario de apertura general se ha establecido en tres franjas: de 7 ha 10.30 hy de 15.15 ha 16.15 h de lunes a viernes y los sábados de 7 ha 10.30 h. Fuera de este horario sólo podrán acceder los vecinos. Desde el Ayuntamiento se comprometen también a que los vehículos de los servicios municipales sean "consecuentes" y se ajusten "al máximo" a este horario.

Dentro de la isla peatonal también se incorpora la 'ronda' que configuran la Muralla del Tigre, la Muralla de Sant Llorenç y la Baixada de Santa Anna, que muchos vehículos utilizaban para cruzar el centro de norte a sur. A partir de ahora sólo podrá circular el transporte público fuera de los horarios de apertura.

Las medidas se empezarán a implementar el 19 de febrero y durante un mes y medio habrá un período de información a los usuarios. Las sanciones empezarán a aplicarse a principios de abril. Además de dar un tiempo de adaptación a los coductores, el consistorio también aprovechará este tiempo para ver qué "conflictos" genera la medida para realizar, si es necesario, algunos ajustes "quirúrgicos".

El Ayuntamiento también admite que las restricciones de movilidad en el centro histórico también podrían tener impacto en zonas del entorno cercano, como la plaza de las Teresas o la calle Santa Marta, donde actualmente todavía predomina la indisciplina de los conductores y que podría ser objeto de análisis en el futuro para "ampliar", en su caso, el centro, desde el punto de vista de la movilidad.

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