Una partida de 384 millones del pacto Estado-Generalitat irá destinada a pacificar la N-II en el Maresme

El fin de los peajes en la C-32, en 2021, sirvió para que muchos conductores dejasen de circular por la Nacional II (N-II) a su paso por el Maresme, convirtiéndola en una suerte de vía local. Las reivindicaciones de pacificación completa de la antigua Nacional por parte de los vecinos de la comarca se intensificaron, al ver como cada vez menos vehículos atravesaban sus municipios.

Así, el Govern ha anunciado este jueves que adecuará la N-II al menor tráfico que la vía registra desde 2021. Lo hará con intervenciones de "pacificación" y con la construcción de carriles bici, entre otras medidas. Todo ello, gracias a los 384 millones que aportará el Ministerio de Transportes, incluidos en los 914 millones en encomiendas de gestión que constan en el protocolo que ambas partes firmaron la semana pasada.

Gobierno y Generalitat sellan los pactos para transferir 914 millones a infraestructuras y el trazado de la B-40

Las actuaciones que el Govern prevé llevar a cabo las han anunciado el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consellera de Territori, Ester Capella, en un acto en El Masnou. Aragonès ha instado a "concretar con la máxima celeridad" el protocolo para que puedan tirar adelante las obras. "El Ministerio ya tiene la propuesta sobre la mesa. Podemos hacerlo hoy mismo", ha añadido el 'president'.

La nueva función de la N-II

En el Baix Maresme, unos 10.000 vehículos al día (el 30 %) que antes pasaban por la N-II circulan ahora por la C-32. En el Alt Maresme, este trasvase es más variable: en algunos municipios alcanza el 50% y en otros es prácticamente cero. Para adecuar esta vía a su nueva función, la Generalitat trabaja en seis proyectos, con el concurso de los municipios afectados, que afectan a un tramo de más de 40 kilómetros.

Algunas de las actuaciones que se prevén son un carril bici segregado en la vía, ahí "donde sea técnicamente posible"; la ampliación de las aceras; la reducción de carriles y de la velocidad máxima permitida; y una conexión más ágil con el transporte público (Rodalies discurre en paralelo a la N-II).

También se quiere mejorar la conectividad con la C-32, de modo que los vehículos que aún usan la N-II tengan más facilidades para optar por esa otra vía. La consellera de Territori ha asegurado que la N-II "debe convertirse en un eje cívico, con una velocidad más reducida, menos carriles para los coches y más espacio para los peatones y una vía para bicicletas".

Recursos pendientes de un convencio desde 2009

Estos 384 millones son, en realidad, recursos pendientes de un convenio que se remonta a 2009, con el que el Estado transfirió a la Generalitat el tramo de la N-II entre Montgat y Tordera. Se acordó entonces la transferencia de 400 millones, de los cuales se desembolsaron solamente 90. Los actuales 384 millones, pactados en un nuevo protocolo, son la parte restante, actualizada con el IPC. Según el 'president' Aragonès, "la cuantificación económica" del acuerdo firmado la semana pasada "llega 14 años tarde".

Los 914 millones en encomiendas de gestión

Los citados 384 millones forman parte de los 914 millones en encomiendas de gestión anunciados la semana pasada: se suman a ellos 250 millones para mejorar o construir enlaces a carreteras; 20 millones para dos nuevos intercambiadores de ferrocarril en el Vallès Occidental; y 260 millones para el llamado Eje Pirenaico (la N-260).

El Govern y el Ministerio de Transportes pactaron un protocolo, que debería cristalizar en un el inicio de los trámites administrativos en los próximos cuatro meses, si bien un cambio de Ejecutivo en Moncloa podría alterar estos planes.

Más noticias de Mataró en la edición local de EL PERIÓDICO