EL CURSO DE LAS ELECCIONES MUNICIPALES

Mataró: ¿sin presupuestos para 2019?

El concejal de Hacienda de Mataró, Juan Carlos Jerez, junto al alcalde, David Bote, en una rueda de prensa para valorar el rechazo del pleno municipal a la aprobación inicial de los presupuestos de 2019.

El concejal de Hacienda de Mataró, Juan Carlos Jerez, junto al alcalde, David Bote, en una rueda de prensa para valorar el rechazo del pleno municipal a la aprobación inicial de los presupuestos de 2019. / AYUNTAMIENTO DE MATARÓ

Joan Salicrú

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A 1 de noviembre, el gobierno municipal de Mataró no ha conseguido ni tan siquiera aprobar los trámites para empezar el debate sobre el presupuesto municipal de 2019. Normalmente -los años que no son de elecciones- los grupos políticos se abstienen en pleno extraordinario convocado a tal efecto para que pueda abrirse el debate sobre las cuentas. Pero en esta ocasión, el pasado día 22, el grupo de Convergència i Unió y el de la CUP decidieron dejar de lado esta práctica de ‘fair play’ y votar en contra del inicio del proceso. Fueron siete votos en contra que, con los únicos a favor de los concejales del PSC en el gobierno, eran suficientes como para impedirlo, puesto que el resto de grupos se abstuvieron.

¿Y ahora qué, se pregunta todo el mundo? ¿Habrá que prorrogar los presupuestos de 2018? Para empezar, fuentes del gobierno municipal explican que ya trabajaban en esta hipótesis desde la marcha de CiU del gobierno municipal, en octubre de 2017. Y más allá de este hecho  porque a siete meses de las elecciones todo el mundo intenta marcar perfil propio de cara precisamente a los comicios.

El grupo de CiU es uno de los que más lo necesita, teniendo en cuenta que finalmente tendrá que presentarse en solitario bajo la etiqueta “Junts per Mataró” después de que se confirmara el rechazo a ir en una lista unitaria de la CUP y de Esquerra Republicana, formación que el viernes pasado empezó la precampaña con un acto en la Plaça de l’Ajuntament en el cual el alcaldable republicano Francesc Teixidó estuvo acompañado por el vicepresidente Pere Aragonès.

Descartado que CiU -menos aún la CUP- cambie el sentido de su voto, hay varias posibilidades para reabrir el debate de los presupuestos. Las más verosímiles, teniendo en cuenta los movimientos de los últimos años, son que el PP (dos concejales) o Ciutadans (también dos, después de la marcha de Víctor Paramés a no adscrito) vote a favor en una nueva sesión extraordinaria del pleno o que lo haga el bloque de los comunes.

Primera reunión de los 'comuns' con el alcalde Bote

Esta última opción va tomando cuerpo después de que esta misma semana representantes de Catalunya en Comú-Podem de Mataró se reunieron por primera vez de forma oficial con el alcalde Bote y pusieron sobre la mesa sus demandas para “aprobar el presupuesto”, según se especifica en una nota de prensa, yendo mucho más allá de la aprobación inicial: un millón más para vivienda, crear una comercializadora de energía municipal, aumentar la partida presupuestaria de protección y promoción social y empezar el proyecto de tercera biblioteca pública de la ciudad. (Es la primera vez que  el mundo de los comunes llega al debate de los presupuestos municipales con un bloque de tres concejales: Esteve Martínez, de ICV-EUiA, y las dos concejalas no adscritas podemitas Ana María Caballero y Sarai Martínez. El año pasado Martínez seguía en el grupo de VoleMataró aunque fuera a regañadientes junto a Montse Morón).

Son demandas probablemente asumibles para el gobierno de Bote y que, por encima de todo, le permitirían llevar a cabo un viraje hacia el eje ideológico -buscando un nuevo pacto de izquierdas después de las elecciones- en detrimento del nacional, que tanto le ha hecho sufrir en este mandato (los tres anteriores presupuestos fueron aprobados gracias al apoyo de CiU y las abstenciones y los votos favorables de ERC, PP y Ciutadans). El tercer socio necesario de la operación “tripartit reloaded” se llama Esquerra Republicana, que de momento no da señales claras sobre sus intenciones aunque su candidato el viernes pasado abrió la puerta a pactar con fuerzas no independentistas en el futuro. “Disponemos de los números desde el día 18. Tenemos que estudiar los datos y deliberarlo, como siempre, con nuestra asamblea. Aún hay tiempo”, expresa el alcaldable republicano Francesc Teixidó, sacudiéndose de encima la presión.

Con el 'tripartit reloaded' no es suficiente: hacen falta más abstenciones

De hecho, no bastaría con el voto a favor o la abstención de los republicanos, sino que harían falta las abstenciones del PP y de Ciutadans -en este escenario, el de presupuesto de “izquierdas”, un voto a favor como el de anteriores ocasiones se vislumbra imposible-. Unos Ciutadans con los que habría que negociar casi individualmente después de que la marcha de Víctor Paramés haya hecho saltar por los aires al grupo municipal. Esto daría un escenario de triple 9: nueve votos a favor (PSC y ‘comuns’), 9 abstenciones (ERC, PP y Ciutadans) y 9 en contra (CiU, CUP, PxC y VoleMataró). Un auténtico encaje de bolillos en el cual el voto de calidad del alcalde sería decisivo.

Muy difícil, admiten fuentes socialistas, pero no imposible, puesto que también lo parecía aprobar un solo presupuesto en un consistorio fragmentado como ningún otro en Catalunya y finalmente precisamente esta fragmentación ha permitido al gobierno municipal aprobar las cuentas del 20162017 y 2018.   

De todos modos, el propio concejal de Hacienda -y primer secretario del PSC- Juan Carlos Jerez el que se muestra tajante a la hora de fijar la estrategia del gobierno: “Sólo llevaremos a aprobación inicial los presupuestos si hay una mayoría suficiente que se compromete a su aprobación definitiva”, zanja Juan Carlos Jerez, primer teniente de alcalde y hombre fuerte del Ayuntamiento. 

Con todo, Jerez confía en que una mayoría de los grupos entren en razón y no obstaculicen un presupuesto “zero electoral” que permitirá a quien gane ejecutar un presupuesto con cinco millones y medio más de ingresos después de las elecciones de mayo.

El escenario está más abierto que nunca. Las principales apuestas de las cuentas que los socialistas llevaron al pleno el día 22 son la construcción de una nueva perrera y mejoras en el servicio del Mataró Bús. Lo que sí tiró adelante es el proceso de debate sobre las ordenanzas municipales -en este caso CiU se abstuvo-, que se congelarían en su gran mayoría.  

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