Polémica en Mataró por una paella popular con cerdo y alcohol

La Asociación de Vecinos de Rocafonda propuso sustituir los ingredientes para "incluir" a la comunidad musulmana en el evento, pero la organización no lo aceptó

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M.B. / MATARÓ

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Fuerte polémica en Mataró tras la celebración de una paella popular este domingo 18 de septiembre en el barrio de Rocafonda. El motivo: la comida incluía cerdo y alcohol, dos elementos prohibidos para la comunidad musulmana que representa más del 40% de la población de la zona, y los organizadores se negaron en redondo a evitar estos ingredientes tal y como se les sugirió desde la asociación de vecinos del barrio. 

Así las cosas, la organización -un grupo de comerciantes de la zona- y la asociación de vecinos no han dejado de intercambiar reproches que han desatado la polémica y que hasta han obligado al alcalde de Mataró, David Bote, a hacer declaraciones al respecto: “Hay que respetar los derechos individuales de las personas sin entrar en provocaciones”, afirmó.

Pero lejos de que esto ocurra, ambos grupos parten de premisas enfrentadas. El arroz popular que este domingo 18 de septiembre reunió a más de 230 personas en el barrio de Rocafonda comenzó "con una conversación entre amigos que tenían ganas de montar una sartén en la calle", comenta Alfonso Palacios, miembro de la organización, en declaraciones al periódico digital local Totmataro.cat.

El acto se fue haciendo grande y el grupo de comercios organizadores recurrió a la Asociación de Vecinos de Rocafonda para tramitar los permisos de ocupación de vía pública.

Fue entonces cuando, en vistas que se quería cocinar la paella con cerdo y alcohol, la asociación vecinal sugirió cambios para obtener su apoyo: "Que se sustituyeran los alimentos por otros que la comunidad musulmana pudiera consumir, que un miembro de la asociación entrara en la organización para evitar cualquier incidente y que los beneficios no se destinaran a ninguna entidad religiosa".

Las propuestas no fueron vistas con buenos ojos por los impulsores de la iniciativa, como remarca Palacios, que además, asegura que "la asociación saca las cosas fuera de contexto porque se trataba sólo de una comida más que popular en el que ofrecíamos un plato de paella y la bebida por cuatro euros".

INTERCAMBIO DE REPROCHES

La Asociación de Vecinos de Rocafonda, en cambio, considera que es la organización la que ha decidido llevar los hechos a otro nivel y lamenta que se les acuse de generar conflicto.

Desde el colectivo, Maria Majó, explica que "se hicieron una serie de sugerencias que se consideraban necesarias si la asociación, que representa a todos los vecinos, tenía que pedir el permiso para el acto y, por tanto, responsabilizarse de ello”.

Majó detalla la postura de la Asociación: "Se tiene una línea de trabajo muy concreta que tiene la acogida como punto de partida". Por ello, defiende la propuesta que se hizo a la organización porque "se está avanzando en la vida del barrio y cambiar los ingredientes que no costaba y que consideramos que era positivo".

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