EXPERTOS EN SOBREVIVIR

"Una ciudad como Barcelona no debería tener a nadie durmiendo en la calle"

La experiencia de vivir en la calle y el apoyo de quienes lo conocen bien

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Carme Escales

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Bancos en los parques, cajeros o largas colas de espera en alguno de los tres albergues de la ciudad de Barcelona donde poder dormir fueron durante siete largos años el cobijo de Carlos Alberto. En realidad anduvo por toda Catalunya en busca del trabajo que imaginó antes de viajar aquí desde Lima. Sabe cómo buscarse, literalmente, la vida. Algunos de aquellos con los que coincidía en los comedores públicos ya fallecieron. Pero él pudo salir adelante con la constancia día a día y con ganas de abandonar la calle. “Gracias a Dios, hoy tengo dónde vivir y nuevas oportunidades”, dice Carlos Alberto, de origen croata y 61 años. Él es uno de los cinco asesores de la Guía de recursos para vivir en la calle en Barcelona editada por Arrels Fundació.

“Conocí Arrels a través de otras personas que vivían en la calle”, explica Carlos Alberto. “Dejaba en una de sus taquillas mi pasaporte y documentos importantes y utilizaba sus duchas. Siempre que tuve algún problema me ayudaron”, afirma.

Consejos como protegerse los pies, en buena higiene y secos, usando calzado en buenas condiciones, o aprovechar los lavabos públicos han sido aportados por él u otros de los expertos en subsistir viviendo en la calle. “Sí que hay gente que consume alcoholo o drogas, pero hay muchas otras personas que se ven en la calle que han perdido trabajo, que no tienen recursos para pagarse una habitación. Una ciudad como Barcelona no debería tener a nadie durmiendo en la calle”, dice Carlos Alberto. “Muchas veces, tan solo por ver a alguien mayor o discapacitado nadie le alquila una habitación”, destaca. “Afortunadamente, también hay gente que sí siente compasión por quienes viven en la calle, y te traen comida”, añade.

"Muchas veces, tan solo por ver a alguien mayor o discapacitado nadie le alquila una habitación”, explica Carlos Alberto.

“Tener este tipo de guía lo veo genial, actualizada de este año, y donde la persona que ha caído en esta situación y no conoce los recursos, se puede ayudar, por planos, recomendaciones que hemos puesto, direcciones exactas para poder recibir ayuda y comida, desayuno almuerzo, médicos, abogados o asistentas sociales. Yo lo veo magnífico. Antes era una pérdida de tiempo increíble localizar los lugares, la gente se desanimaba mucho. En la calle, deprime negativizar y la soledad, la soledad es muy mala”, explica el asesor de la guía.

Quedarse anclado en la calle

Kiko Sanfeliz es otra de las personas que han colaborado en la preparación de la guía de recursos para sintecho de Arrels. En su opinión, “en la calle, si en un año o dos no arreglas tu vida, ya no hay marcha atrás”. Su historia es, como muchas otras, fruto de un encadenado de reveses vitales. Sueldo justo para pagar un alquiler, separaciones, relaciones truncadas... “Para presentarme un día a una oferta de trabajo -que hoy conserva-, acudí a Arrels a pedir una camisa y un pantalón”, explica. Él llegó a Barcelona desde de su Gijón natal para pasar unas vacaciones. De aquello hace 26 años. Tenía familiares en Catalunya con restaurantes y él siempre ha trabajado en la hostelería, pero por una serie de circunstancias sequedó sin trabajo y sin alojamiento durante un tiempo.

Hoy sí tiene un lugar donde dormir cada noche, ducharse y cocinar algo. Y todo lo que aprendió en su vida en la calle lo ha querido compartir en la guía para facilitar el camino a otros. Unos 400 voluntarios dedican al menos una mañana o una tarde a la semana para colaborar en los diferentes servicios y departamentos de Arrels Funació.

"Las entidades que asisten a las personas necesitan una estabilidad porque la persona la necesita”, dice el director de Arrels, Ferran Busquets.

Según el último censo de personas sintecho en Barcelona, el 26% de ellas tienen nacionalidad española, el 27% son ciudadanos extracomunitarios y el 40% son comunitarios, originarios de otros países de la Unión Europea.

Vulnerar la vulnerabilidad

Una de las realidades que ha dejado en evidencia la elaboración de la guía de recursos es la falta de un apoyo sólido a ciertos colectivos que a diario inyectan ese oxígeno, como Arrels Fundació, en la dignificación de la vida de quien viven en la calle. “Cuatro entidades, una de ellas Casa Solidaria, que daban servicio de cena en un espacio de la iglesia Sant Fèlix Africà (Sardenya, 21) ya no pueden hacerlo, al menos temporalmente”, explican desde Arrels Fundació, los promotores de la guía. “Para nosotros esto es una alerta. Las entidades que asisten a las personas necesitan una estabilidad porque la persona necesita esa estabilidad”, expresa su director, Ferran Busquets.