INFANCIA VULNERABLE

El derecho a un verano mejor

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Gisela Macedo

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La llegada de las vacaciones de verano es el momento del año más esperado para muchos. Sin embargo, existen cientos de niños y jóvenes a los que este periodo se les hace de lo más largo. Son hijos de familias con pocos recursos, cuyos padres están en paro o tienen trabajos precarios. No hay que olvidar que el derecho a disfrutar plenamente de juegos y recreaciones está reconocido en la Declaración de los Derechos del Niño. Sin embargo, existen muchas familias que no tienen la posibilidasd de brindárselo. Para algunas, el simple hecho de coger el metro para ir a la playa supone todo un esfuerzo.

Ante esta situación actúa el Casal dels Infants, una asociación creada en el año 1983. Su actuación, que se lleva a cabo durante todo el año, se intensifica mucho durante el período estival, por lo que actualmente buscan voluntarios para el casal de verano. En él organizan excursiones, actividades y, durante julio y agosto, también llevan a los chicos de colonias con el objetivo de brindarles un mejor verano. Los jóvenes con los que trabajan tienen entre 3 y 22 años y se encuentran en situación de vulnerabilidad. En total, el casal ayuda a 1.600 niños de el Raval, la zona del Besòs, Badalona, Salt y Santa Coloma de Gramenet.

Salir del barrio

Rosa Balaguer, directora de la asociación, comenta que los chicos van al Casal dels Infants porque realmente quieren. De hecho, si no fuera por ellos posiblemente no saldrían de sus barrios o de sus casas en los tres meses de vacaciones: “Ellos tienen unas posibilidades de moverse y de relacionarse muy reducidas. Con el casal de verano, intentamos abrirles el mundo y que descubran que hay otras formas de vivir”, dice.

La estigmatización de los jóvenes en riesgo de exclusión social forma parte de su día a día. No obstante, desde la asociación aseguran que durante las actividades se deshacen de esta carga: “Tienen la oportunidad de librarse de las etiquetas que tienen en sus barrios. El verano es momento de pasarlo bien y de vaciar una mochila con la que cargan desde que nacen”, explica Balaguer.

Para los jóvenes de partir de 16 años, el Casal dels Infants también ofrece la posibilidad de acudir a campos de trabajo, en los que realizan servicios a la comunidad y también organizan actividades lúdicas. “Así los jóvenes trabajan valores como el respeto y el soporte mutuo, y a su vez aprenden a ser más responsables y autónomos”, comenta la directora.