El pianista negro y su 'gorila' blanco

El jazzman Don Shirley y su guardaespaldas blanco Tony Lip inspiran 'Green book', filme con cinco nominaciones a los Oscar

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Nando Salvà

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Ya había anochecido aquel sábado de enero de 1963 cuando los miembros del Don Shirley Trio subieron al escenario de un teatro en Manitowoc, Wisconsin. El repertorio que interpretaron, compuesto de una fusión de jazz y música clásica, sería posteriormente considerado por la prensa local como "brillante y emocionante, y muy bien recibido por la multitud de espectadores". Pero el líder y pianista de la banda sabía que, en su caso personal, la bienvenida era condicional. Porque Don Shirley era afroamericano, y a la entrada de la ciudad había un gran rótulo en el que podía leerse: "Negrata, más te vale que la noche no se te eche encima en nuestra ciudad".

Por eso, cuando meses después el trío se embarcó en otra gira por Estados Unidos que incluía varios conciertos en la América sureña, Shirley contrató a un 'gorila' italianoamericano –y, por tanto, blanco– conocido como Tony Lip Vallelonga para que le sirviera de chófer y guardaespaldas. La relación que fue estableciéndose entre ambos a lo largo del viaje mientras reaccionaban ante los prejuicios de raza de toda una nación es ahora la base argumental de 'Green book', la dramedia de Peter Farrelly que hace un par de semanas obtuvo el Globo de Oro a la mejor película comedia o musical y que ahora suma cinco nominaciones a los Oscar, entre ellas sendas nominaciones para sus protagonistas, Viggo Mortensen y Mahershala Ali.

A principios de los 60 el racismo había empezado a ser oficialmente desterrado de las instituciones estadounidenses, pero la segregación de hecho y de derecho seguía siendo la norma en áreas y transportes públicos, restaurantes y hospedajes de todo el país. 

El 'apartheid' en la guantera

De hecho, mientras los miembros blancos de la troupe protagonista de Green book –el propio Vallelonga, el bajista Ken Fricker y el violonchelista Juri Taht– podían comer y dormir donde les viniera en gana, el propio Shirley debía respetar a pies juntillas las indicaciones ofrecidas por la publicación a la que el título de la película alude: 'The negro motorist Green book'.

Los negros sabían que, de quedar atrapados en el sitio equivocado, podían recibir una paliza o un tiro

En aquella época los afroamericanos que podían permitírselo sabían qué importante era tener un coche, sobre todo para evitarse la discriminación y los insultos consustanciales –para ellos– al transporte público. Eso, decíamos, no significa que los negros al volante no tuvieran que lidiar con la segregación en muchos establecimientos ni temer las 'Ciudades atardecer', en las que su presencia era prohibida tras la puesta de sol; sabían que, en caso de quedar atrapados en el sitio equivocado, podían recibir una paliza o un disparo, o acabar como atracción principal en un ritual del Ku Klux Klan.

Fue en esas circunstancias que Victor H. Green, un cartero de Harlem, ideó 'The negro motorist Green book', también llamado 'Green book' ('Libro verde'): una guía de hoteles, moteles, estaciones de servicio, restaurantes, aparcamientos, servicios de taxi, salones de belleza, barberías, sastrerías, farmacias, bares y hasta funerarias en las que la gente de color era bienvenida. Publicada en 1937, su primera edición era un directorio de 15 páginas circunscrito al área metropolitana de Nueva York. Para confeccionarlo, Green echó mano de sus propias experiencias en la ciudad y de las recomendaciones de sus compañeros en el Servicio de Correos. En ediciones posteriores, la lista incorporaba también sugerencias de los usuarios. 

Última edición

Cuando se publicó por última vez en 1966, tenía 99 páginas y abarcaba todo el territorio nacional y hasta algunas ciudades extranjeras, y aportaba innovaciones que anticiparon las redes de alquiler vacacional actuales: de forma similar a empresas como AirBnb, incluía un listado de residencias privadas, en las que los viajeros negros podían alojarse de forma segura, y estaba lleno de críticas positivas de aquellos lugares que proporcionaban un servicio más satisfactorio.

En el prólogo de la edición de 1948, su autor escribió: "Habrá un día, en un futuro cercano, en el que esta guía no necesitará ser publicada. Eso será cuando nuestra raza tenga igualdad de oportunidades y privilegios en Estados Unidos". Green murió en 1960, cuatro años antes de que se aprobara la Ley de Derechos Civiles, que ponía fin a la segregación en lugares públicos y prohibía la discriminación laboral basada en la raza, el color, el sexo o la religión. El otro racismo, el enquistado en los prejuicios de las personas y los mensajes políticos, merece una guía aparte.