Harper Peck: 'linaje Hollywood'

El nieto del célebre actor, que debe su nombre a la autora de 'Matar un ruiseñor' se estrena en la corte global de la celebridad

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Marta Altarriba

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Tiene 19 años y –salta a la vista– el porte y la elegancia de su abuelo, Gregory Peck. El discreto y joven Harper, desconocido hasta su presentación en sociedad en el prestigioso Bal des Débutantes de París, ha sido desde entonces anunciado y saludado con trompetas por las revistas del ramo, de la francesa 'Point de Vue' a las americanas 'Vogue' y 'Vanity Fair', siempre atentas a esa gran cita anual que es la puesta de largo de la aristocracia global y que se celebró el pasado 24 de noviembre en el parisino Hotel Shangri-La.

Digno heredero del actor, y rindiéndole un claro homenaje, Harper eligió para la ocasión la firma de alta costura Huntsman, de la que era fiel cliente su abuelo, hasta el punto de exigir siempre vestir sus trajes, de los que llegó a atesorar hasta 150. La madre de Harper es Cecilia Peck, también actriz y una de los dos hijos que el actor tuvo con Véronique Passani, una reportera de la que se enamoró cuando en 1953 lo fue a entrevistar y con la que vivió una relación que se  prolongó medio siglo, hasta los últimos días de Peck.

"Mi abuelo era un hombre bueno"

De hecho, Harper nació en Nueva York en 1999 y vivió con los abuelos maternos hasta la muerte del actor, cuando él tenía 4 años. Aunque era pequeño cuando falleció, lo recuerda como «un hombre realmente bueno». «Mis abuelos me criaron en su filosofía de hacer siempre las cosas mejor que antes», asegura. Tan unido estaba a ellos que en su muñeca siempre luce un reloj Cartier que le regaló su abuela y que en su momento el actor compró para ella.

Los papeles de los abuelos maternos se invirtieron en el caso de sus padres: mientras Cecilia se consagraba como actriz y documentalista, su padre, Daniel Voll, ejercía de reportero, profesión que lo ha llevado a viajar por todo el mundo, trabajando para revistas como 'Vanity Fair' y 'Esquire'. Harper tiene, además, una hermana tres años menor, Ondine, por la que siente auténtica devoción.

Del internado a Londres

Tras la muerte de su abuelo, Harper se instaló con su familia en Los Ángeles hasta los 15 años, cuando entró en un internado suizo, Aiglon College, como en su juventud ya hicieran su madre y su tío. Una selecta institución en la que podía disfrutar de sus grandes pasiones: la música, el teatro y el esquí.

Cuando acabó sus estudios se afincó en Londres, donde actualmente cursa un programa mundial de estudios liberales de la Universidad de Nueva York. Aunque aún no tiene claro a qué se quiere dedicar («me doy un poco de tiempo para encontrar mi camino», asegura), está claro que ha heredado la vena artística y disfruta con la música y la comedia. Pero lo de ser actor, como su madre o su abuelo, es algo que aún no ha decidido. No se muestra demasiado convencido de querer seguir sus pasos, a pesar de las presiones maternas para que siga la saga familiar. «Sé que es un camino largo y lleno de trampas», asegura cauteloso.

29 fotos colgadas en cuatro años

A diferencia de la inmensa mayoría de 'millennials' acunados por la fama, Harper rehúye de la exhibición pública de las redes sociales y el postureo. Su perfil de Instagram cuenta con la discreta cifra de 2.554 seguidores y en él aparecen solo 29 fotos publicadas en cuatro años. Entre ellas destacan las familiares: una dedicada a su abuelo Gregory el día que este hubiera alcanzado un siglo, el 12 de junio del 2016: «Hoy habrías cumplido 100 años. Te quiero, abuelo». O una sentida despedida a Harper Lee, autora de 'Matar un ruiseñor', el libro en el que se basó la célebre película que protagonizó el actor, e íntima amiga de la familia Peck, el día que esta falleció. «Hoy el mundo pierde una Harper. Te echaremos mucho de menos. Descansa en paz», rezaba el pie de foto en el que él aparecía en sus brazos de crío. A lo que su madre respondía: «Ella te adoraba y estaba orgullosa de que llevaras su nombre».