Manolo Blahnik y el huracán Harvey

Los 'stilettos' que Melania Trump eligió para viajar a Texas eran del creador canario

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La idea de Melania Trump de visitar la devastada Texas a bordo de unos 'stilettos' abonan aún más la tesis de que los inquilinos de la Casa Blanca tocan poco de pies en el suelo. Pocas veces un 'outfit' había despertado tanto interés común entre politólogos y cronistas de moda desde la chaqueta de Chanel que llevaba Jackie Kennedy el día del magnicidio –también– en Texas .

El autor del polémico par de zapatos es Manolo Blahnik, (La Palma, Canarias, 1942), cuya reputación, afortunadamente, es inmune al inapropiado uso político que hagan de sus creaciones. Estos días, de hecho, anda concentrado en la celebración de sus 45 años en la profesión con una antológica, 'The Art of Shoes' ('El arte de los zapatos'), con 212 pares que viajan por capitales del mundo, y el inminente estreno de 'Manolo: The Boy Who Made Shoes for Lizards' ('Manolo: el chaval que hizo zapatos para lagartijas'), un documental dirigido por el editor de moda Michael Roberts cuyo título alude a su manía infantil de hacer zapatos con papel de plata a todo reptil que merodeara por sus dominios.

La Flotus, solo una más

Melania enmendó pronto el despiste –bajó del 'Air Force One' en bambas–, y Blahnik pasará a la historia por otras mentoras. De madre canaria y padre checo, fue descubierto en los años 70 por la entonces editora de 'Vogue USA', Diana Vreeland –"concéntrate en las extremidades", le aconsejó ella–; y convertido en tótem gracias a propagandistas como Sarah Jessica Parker en 'Sexo en Nueva York', la Madonna precabalística –"tener unos 'manolos' es mejor que tener sexo"– y hasta Lady Gaga, que gorjea eso de "amo esos manolos" en su canción 'Fashion'.

Fama a su pesar

Sus zapatos, que cuestan entre los 500 y los 4.000 euros, han marcado el paso de estrellas como Uma Thurman, Julia Roberts o Naomi Campbell y de influyentes como la finada Diana de Gales Victoria Beckham, aunque sus clientas favoritas son las modelos Kate Moss e Iman –viuda de David Bowie– y la editora del 'Vogue USA' Anna Wintour, amiga desde su juventud a la que diseñó unos a su gloria.

Pero Manolo, que insiste que solo es "un dibujante de zapatos", asegura detestar la palabra 'celebrity' tanto como los 'selfis' ("son para narcisistas"). Hoy, el activo septuagenario que reside en Bath, al sudoeste de Inglaterra, ha aprendido a delegar, pero ha sido el único que ha dibujado sus bocetos y esculpido en madera los prototipos antes de que superaran en Italia más de 50 procesos de producción. Solo le interesa la belleza.