Los asideros en la historia

Pantocrátor 3 Fresco del ábside de la iglesia de Sant Climent de Taüll.

Pantocrátor 3 Fresco del ábside de la iglesia de Sant Climent de Taüll.

NÚRIA NAVARRO

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EL RITO EN LA NOCHE DE LOS TIEMPOS

Al dejar de ser animal, el cazador-recolector de hace 35.000 años pierde la inocencia de la inmediatez y es expulsado del paraíso de la inconsciencia. Se da cuenta de su finitud y los ritos funerarios pasan a ser una respuesta elaborada al hecho de la muerte. El enterramiento (a menudo en pose fetal y con todo el ajuar; a la espera del renacimiento) mitiga la angustia ante la incertidumbre.

LA CONSOLACIÓN DE LOS MITOS

Los mitos –relatos de dioses y héroes que explican el cosmos– cubren la necesidad que el hombre antiguo tiene de orientarse y son un factor de cohesión social. La oralidad les protege del desgaste, hasta que Hesíodo los fija en su Teogonía y, por comparación con la experiencia, se les ve el plumero de la arbitrariedad. Aparece la filosofía como un intento de presentar el mundo como totalidad.

DIOS SE ESCRIBE EN MAYÚSCULA

Entre el final del imperio romano y la toma de Constantinopla por los turcos (1453), el dios cristiano se convierte en el único Dios. Un Dios, todo hay que decirlo, que avala al señor feudal (el papa Gregorio era un gran propietario). Para el resto de mortales el secreto es el mensaje: Jesús vence a la muerte y da oportunidad a todos los hombres de ser salvados. Solo hay que obedecer los dogmas.

EL HOMBRE VUELVE A SER LA MEDIDA

Las reformas de Lutero y Calvino fulminan lenta pero inexorablemente el monopolio de las creencias religiosas y el poder civil de la Iglesia. Entre otras cosas de la antigüedad, se rescata la idea de Protágoras del hombre como la medida de todas las cosas. La convicción en la capacidad infinita del espíritu despliega el concepto de libertad, que cristaliza en el arte, la ciencia y el Estado.

LA CONFIANZA EN EL PROGRESO

Kant definió la Ilustración como «la salida del hombre de su minoría de edad». A la luz de Descartes y Newton, el hombre tiene permiso para obedecer a las leyes impuestas por el entendimiento. La fe en la razón, la confianza en la ciencia y el afán didáctico contagian a Europa y sus monarquías, hasta que la Revolución francesa da una vuelta de tuerca y agita la bandera de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

BURGUESES Y PROLETARIOS

La sociedad industrial divide el mundo en proletarios y propietarios de los medios de producción. La conciencia de clase se convierte en el marco de referencia. Según Marx, el trabajo es la verdadera esencia del ser humano. Mediante él se humaniza la naturaleza y se realiza la dimensión natural (social) del hombre.  El proletariado, en su lucha, emanciparía a la humanidad.

AL CALOR DE LA GUERRA FRÍA

Tras la segunda guerra mundial, el miedo al holocausto nuclear asegura la adhesión sin peros al mundo libre capitalista frente al totalitarismo comunista. Plegarse a los mandatos del lado correcto permite dormir sin pesadillas y gozar de un cierto bienestar. Ponerlos en tela de juicio, a formar parte de la lista negra del Comité de Actividades Antiamericanas o acabar pasando penurias en el gulag.

LA RELIGIÓN DEL CONSUMO

Tras la caída de la URSS, el capitalismo tiene vía libre para echar un nuevo cebo: el acceso al consumo de bienes y servicios, disponibles gracias a la producción masiva y, más tarde, a la globalización de los mercados. La felicidad pasa por tener, aun hipotecándote. Hasta que la burbuja del turbocapitalismo alcanza el no retorno (ya no importa llegar con holgura al hoyo 18 frente a decenas de desesperados).