¿Desperdiciar o reaprovechar?

Los hogares son responsables del 42% del desecho alimentario, por un 39% a industria

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Montserrat Baldomà

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Cada año, según la Comisión Europea, se desperdician en el mundo 1.300 millones de toneladas de alimentos, de las que un 14% corresponden a Europa. En Catalunya, mientras un 22% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, se tiran 262.000 toneladas al año. O lo que es lo mismo, 841millones de euros por año que acaban en la basura, a razón de 112 euros por catalán, según la Agència Catana de Residus. Acabar con el desperdicio de alimentos, que tiene un enorme impacto económico, social y medioambiental, es responsabilidad de todos.

AECOC, asociación de fabricantes y distribuidores, puso en marcha en el 2012 un proyecto de adhesión voluntaria pionero en el mundo destinado a reducir el desperdicio mediante el impulso de buenas prácticas en áreas clave -producción, comercialización, logística, transporte-; así como a tratar de dar una segunda vida a aquellos productos o excedentes que por diversas razones no han podido comercializarse. Unas 470 empresas de la industria y la distribución alimentaria apoyan ya la campaña, denominada 'La alimentación no tiene desperdicio'.

Si bien es cierto que crece la concienciación ciudadana sobre este problema, no es menos cierto el desconocimiento generalizado sobre el reparto de responsabilidades. La Comisión Europea aporta la luz necesaria: el 5% del total del desperdicio lo genera el comercio, el 14%, bares y restaurantes; el 39%, la industria y el sector primario; y el 42% restante se genera ¡en los hogares!

Recetas de la abuela

Así que también hay que luchar contra el desperdicio desde las cocinas particulares, planificando bien la compra, aprendiendo a a conservar los alimentos y dándoles, si es necesario, una segunda vida. No hay nada más comprometido con el futuro que mirar hacia el pasado, recuperando la cocina de aprovechamiento de nuestros mayores. Las recetas de las abuelas son un docto tratado de cómo sacar partido a las sobras de la nevera, ya sean productos frescos o ya cocinados. Por no tirar, las abuelas no tiraban ni las vainas de las habas ni el caldito de hervir un pescado con cuatro verduras ni mucho menos un mendrugo de pan o esa pieza de fruta que estaba ya pocha. Sabían cómo reconvertirlo en algo realmente apetitoso.

Siguiendo esta filosofía del reaprovechamiento, reputados chefs comprometidos con la causa, colaboran con la campaña de AECOC. Desde Nandu Jubany a Carme Ruscalleda, pasando por Ada Parellada, Jean Louis Neichel o la Fundación Alicia, entre otros, ofrecen suculentas recetas para que ningún alimento acabe en la basura. Las recetas pueden encontrarse en la web de la campaña 'La alimentación no tiene desperdicio' (https://www.alimentacionsindesperdicio.com/).

También la web ofrece la posibilidad de hacer una encuesta para saber si uno, como consumidor, es reaprovechador o ‘foodwaste generator’. El simulador de consumo eficiente pone a prueba nuestros hábitos de compra y de conservación de alimentos, con preguntas sobre la frecuencia de la compra, si hacemos o no lista, conocimiento de la caducidad de los alimentos, programación de las comidas o qué hacemos con los restos ya cocinados.