Nuevas formas sindicales

Los 'riders' ante la acción sindical: "Nuestra lucha hubiera sido imposible a través de CCOO o UGT"

Uno de los portavoces del movimiento de protesta contra las condiciones laborales que ofrece Deliveroo reflexiona sobre su experiencia

Gabriel Ubieto

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Oriol Alfambra es uno de los 16 exrepartidores de Deliveroo que están en un proceso judicial contra la empresa en Barcelona. Una de sus demandas es que se les reconozca que su relación fue la propia de un asalariado, no la de un autónomo, tal como se rigió fiscalmente. La otra es que se le indemnice por ser despido, ya que Alfambra entiende que ello fue una represalia por su participación como uno de los portavoces durante las protestas contra Deliveroo de julio del 2017. La empresa contrapone que el despido fue debido a la no aceptación de una actualización de las condiciones de colaboración.

En el movimiento RidersXDerechos no estuvieron presentes los sindicatos con mayor representación entre los trabajadores, CCOO y UGT. "La relación de autónomos que nos regía no nos permitía organizarnos a través de estructuras sindicales", explica Alfambra, que también señala las dificultades de estas organizaciones para llegar a colectivos con perfiles jóvenes o con una alta temporalidad.

"De todas maneras, CCOO y UGT son sindicatos muy burocratizados y estructurados para gestionar los conflictos. Nosotros necesitábamos un nivel de combatividad más alto, con un funcionamiento más propio parejo al de un movimiento social", afirma este exrepartidor.

Los 16 demandantes contra Deliveroo que están actualmente con un proceso judicial abierto han llevado sus protestas asesorados por la Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC) y la cooperativa de abogados Col·lectiu Ronda. En el caso de la sentencia que ha dado la razón a un repartidor en Valencia, el asesoramiento fue de la Intersindical Valenciana. 

La estrategia judicial de Deliveroo durante los mismos ha sido la de negar a los antiguos 'riders' como interlocutor colectivo y los ha enfocado de manera individual. "El reconocimiento de una relación laboral permitiría afrontar futuros conflictos en el sector en mejores condiciones, aunque por sí solo no revertiría la precariedad del modelo", reconoce Alfambra.