Espacio público

La nueva calle de Pi i Margall destina un 70% del espacio a los peatones

La arteria entre Gràcia y Horta-Guinardó ahora prioriza el paseo y la movilidad sostenible y local

La nueva calle de Pi i Margall, después de las obras.

La nueva calle de Pi i Margall, después de las obras. / Ajuntament de Barcelona

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El eje comercial y cívico que conecta los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó es, después de las obras, más amable y más verde, destinado al vecindario. El nuevo diseño invita a pasear y a estar en él, con un 70 % de la calle para los peatones y con cuatro nuevos espacios para la ciudadanía, junto a la plaza de Joanic y los cruces con Alegre de Dalt, Pau Alsina y Sardenya.

Los peatones, una prioridad

Pi i Margall es ahora una calle que prioriza el paseo y la movilidad sostenible y local, con la velocidad limitada a 30 km/h. Se ha instalado nueva iluminación, se ha eliminado el asfalto y se ha optado por otros pavimentos, como la piedra natural, y hay más espacios para sentarse y más pasos de peatones. Las aceras son más anchas, de entre 5 y 12 metros en algunos puntos, y una de ellas solo se interrumpe en el cruce con Sardenya, es casi continua entre Joanic y la ronda del Guinardó.

Aunque las restricciones por sequía no han permitido hacer todas las plantaciones previstas, que se han pospuesto, la superficie para parterres ha aumentado de 370 a 3.270 metros cuadrados y se han plantado cerca de sesenta árboles más. Es un nuevo corredor verde que la ciudadanía ha podido conocer de primera mano en una fiesta abierta a todo el mundo este domingo, 17 de diciembre, coincidiendo con el festivo de apertura comercial.