Cambio del tradicional panot: más sostenible, duradero y resiliente

Se han comenzado a instalar tres nuevas propuestas del tradicional panot en el eje verde de la calle de los Almogàvers, en una superficie de 2.500 metros cuadrados. Los tres diseños son los ganadores del reto lanzado por la Fundació BIT Habitat en marzo de 2022, que hizo un llamado al ecosistema innovador para encontrar un panot nuevo que conservara el valor patrimonial e intangible del diseño actual y, al mismo tiempo, ofreciera una solución más sostenible. Así, durante un año, se evaluará su rendimiento para incorporarlos en futuras obras de reurbanización del espacio público.

Los nuevos modelos se han creado con la premisa de mantener el valor patrimonial y, al mismo tiempo, ser un diseño adaptado a las necesidades climáticas, sociales y urbanas del siglo XXI. Estas tres propuestas son una evolución del panot tradicional con la incorporación de tecnologías innovadoras para reducir el ruido del paso de vehículos una vez instalados en la calle, mitigar el efecto isla de calor y neutralizar los gases contaminantes. Además, también se trata de un pavimento más permeable, con una durabilidad maximizada.

Durante un año, el Ajuntament de Barcelona evaluará los nuevos panots, con el diseño de las cuatro pastillas, colocados en una superficie de 2.500 metros cuadrados, entre las calles Roc Boronat y Badajoz, en el eje verde de la calle de los Almogàvers, para analizar su resistencia, comportamiento acústico, deslizamiento, filtración de agua, índice de reflectancia, entre otros criterios. Posteriormente, se valorarán los resultados para poder incorporar este tipo de pavimento en futuros contratos de obra pública.

Los tres diseños ganadores del reto de la Fundació BIT Habitat son el "Panot del siglo XXI" de la empresa Breinco, "Panot+" de Constraula y "R3Panot" de Escofet. Los tres se han fabricado con materiales reciclados, como áridos y cemento procedentes de escorias, para fomentar la economía circular y reducir las emisiones de CO2, en línea con el objetivo de que Barcelona sea una ciudad neutral en carbono para 2030.