Jorge Ordás: «Hay que reservar la acera para el viandante»

El subdirector General de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la Dirección General de Tráfico explica los retos que suponen los VMP

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Anna Rocasalva

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¿Qué retos plantean la llegada de todos estos patinetes, plataformas y ruedas eléctricas, los segways… en una capital como Barcelona?

La realidad nos está mostrando que su  introducción en las grandes ciudades es imparable. Vemos en  estos vehículos grandes ventajas, tales como trasladarse de un punto a otro de forma eficiente, sin contaminar, sin ocupar excesivo espacio público  y a través de plataformas que permiten su uso compartido. El reto es  reordenar la calzada, cuyo diseño ha girado hasta ahora  en torno al vehículo a motor. 

¿A qué cree que se debe todo este auge?

Estamos viviendo una transformación de la movilidad sin precedentes. Un nuevo modelo que busca la eficiencia, el aprovechamiento de las capacidades intermodales, reducir el impacto medioambiental del transporte y  que pasa de basarse en  fórmulas de propiedad privada a modelos como uso el compartido. Los últimos 70 años, la infraestructura de la ciudad se ha diseñado en torno al vehículo a motor. Ahora la demanda de la sociedad  nos lleva a replantearnos cómo “pacificar” la ciudad. Por tanto, en este entorno, el boom de los VMP es una consecuencia lógica y un reflejo de la forma de pensar los ciudadanos que cada vez los eligen más como medio de movilidad.

¿Cuáles deberían ser los puntos básicos de una nueva ordenanza que quisiera regular su actividad?

Este boom requiere de un trabajo coordinado entre el Estado y las ciudades. Fruto de esta colaboración, debemos ser capaces de establecer normas de circulación  armonizadas, definiendo claramente el  acondicionamiento y uso de un espacio de la calzada para ciclos de pedaleo asistido, bicicleta convencional y VMP,  y reservando la acera para el peatón, siempre con excepciones que posibiliten la circulación de VMP en determinados casos, sin poner en riesgo a los viandantes.

¿Cree que es posible llegar a tener una buena convivencia entre peatones, VMP y la movilidad más tradicional?

Este es nuestro reto y nuestra responsabilidad. Nuestra obligación es hacerlo posible y garantizar que la movilidad sea sostenible y segura para todos, procurando ciudades pacíficas y en las que nadie resulte muerto o herido grave como consecuencia de un accidente de tráfico. Debemos velar por que la fabricación siga unos estándares de seguridad, las vías sean diseñadas de una forma segura y el entorno por el que nos desplazamos nos “haga intuir” de una forma clara cuál es la velocidad adecuada según nos movamos por calzadas de carriles separados o con varios carriles, zonas calmadas o áreas residenciales.

Barcelona tiene una ordenanza pionera en todo el Estado. ¿Cuál es su opinión acerca de cómo la ciudad se está enfrentado a este nuevo reto?

Barcelona empieza a ser un referente a nivel europeo. Su ordenanza ha sido pionera en España y su modelo está siendo replicado en otras ciudades, incluso fuera de nuestras fronteras. La Ordenanza fue fruto de un trabajo valiente pues a día de hoy no existe normativa solvente en Europa para contrastar, hay ciertas lagunas normativas y el ritmo de desarrollo tecnológico siempre va por delante de la redacción de la norma. El Ayuntamiento de Barcelona fue el primero en dar pasos y ahora estamos trabajando con la Gerencia de Movilidad para regular los aspectos en los que existe un vacío legal para aportar seguridad jurídica a ciudadanos y empresas.