Estrategia compartida

Barcelona ha dado un giro a la rehabilitación de viviendas con el objetivo de proteger a los inquilinos y atender a las comunidades de vecinos con más dificultades. Esta nueva estrategia, que permite luchar contra la gentrificación y hacer llegar las ayudas a donde más se necesitan, es aplaudida por numerosos expertos internacionales. “Me parece una idea excelente que la estrategia de renovación tenga una mentalidad social y se centre en el ser humano. El ejemplo de Barcelona es brillante y vale la pena seguirlo y replicarlo en otros lugares de Europa”, asegura Besim Nebiu, miembro de Habitat para la Humanidad Internacional (HFHI), una organización sin ánimo de lucro que busca eliminar la falta de vivienda digna y asequible y el sinhogarismo.

Nebiu administra los programas residenciales y de energía de la oficina regional de Habitat en Europa, Medio Oriente y África. Conoció a fondo la situación en Barcelona tras participar el pasado abril en unas jornadas sobre la rehabilitación en el sur del Mediterráneo. “Fue muy interesante para mí ver cómo Barcelona aborda la cuestión de la asequibilidad y el acceso, así como la renovación del parque de viviendas existente. Definitivamente, esas experiencias se traducirán y utilizarán en nuestro contexto de Europa oriental, central y sudoriental”, asegura Nebiu, quien desarrolla su trabajo en varios países de Europa del Este.

“Tenemos un gran desafío, similar al de Barcelona, con precios al alza y una capacidad de pago decreciente, especialmente en los grupos vulnerables. Además, debido a la masiva privatización de las viviendas en los noventa, el tamaño del parque de viviendas de propiedad pública es minúsculo, lo que crea una situación en la que el alquiler público no está disponible para los inquilinos”, explica el experto. 

La rehabilitación de las viviendas más antiguas está relacionada con el bienestar de las personas, más si cabe en países con inviernos fríos y veranos calurosos. “Si están mal aisladas es difícil y caro calentar y enfriar las viviendas, y eso provoca que los hogares no puedan pagar facturas energéticas. Es por eso que al hablar de renovación de edificios tenemos muy en cuenta las propiedades energéticas de estos edificios”, subraya Nebiu, miembro de una organización que desde su fundación en 1976 ha construido o renovado más de 800.000 hogares en todo el mundo, proporcionando a más de cuatro millones de personas un refugio seguro, decente y asequible.