20 AÑOS DESPUÉS

Jordi Arrese: "Era el patito feo"

Medalla de plata en Barcelona 92 en tenis individual

Jordi Arrese luce la medalla de plata que ganó en el 92 mientras juega con la tierra de las pistas de la Teixonera.

Jordi Arrese luce la medalla de plata que ganó en el 92 mientras juega con la tierra de las pistas de la Teixonera. / JORDI COTRINA

JOAN CARLES ARMENGOL

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Eran unos juegos en casa, sobre tierra batida y con partidos a cinco sets. No lo dudó. Era la oportunidad de su vida, yJordi Arresese la jugó. Se exprimió como nunca, hizo una pretemporada de más de cuatro meses con ocho horas de trabajo diario (cuatro de ellas de preparación física) y el patito feo del tenis español, el gran olvidado, subió al podio en el torneo individual.

Su gesto con los dedos índice y pulgar anudados sobre el pecho dio la vuelta al mundo. No fue niSergi Bruguera, su saludado, niEmilio Sánchez, su enemigo, quien se colgó la medalla (aunque fuera de plata), sino esta rata de tierra (en expresión acuñada por el diario 'L'Équipe' en Francia para la imbatible armada española sobre arcilla), de quien nadie esperaba un éxito de ese calibre. "El secretario de Estado para el Deporte,Rafael Cortés Elvira, dijo que la mía era la única medalla que no habían previsto", recuerda Arrese, que lo hubiera dado todo para poder triunfar en casa. "Lo volvería a arriesgar todo, incluso no jugar los cuatro Grand Slam, a cambio de esa medalla, que es el mejor recuerdo de mi carrera".

Una plata conseguida a pecho descubierto, con sudor y lágrimas. "En aquella época, el ambiente en el tenis español era un asco". El entrenador de losSánchez Vicario,Pato Álvarez, enrareció tanto el clima que ni se hablaban con su clan. El resto de jugadores del equipo decidió que no se alojarían en laVila Olímpica, así que Arrese no pudo disfrutar de ese ambiente. Tampoco estuvo en la ceremonia inaugural (estaba jugando la final deHilversum, enHolanda, que perdió con el checoNovacek) ni en la de clausura (ya estaba jugando enPraga).

Cuando llegó aBarcelona, nadie le tenía preparado equipamiento oficial de su talla, y tuvo que jugar con su ropa, de otra marca, que tapó con esparadrapo. Pero nada pudo con la ilusión de Arrese, que comenzó a pasar rondas ("el partido de segunda ante el suecoGustafsson, 9-7 en el quinto set, fue el trampolín para que creyera en la medalla"). Y cuando en cuartos eliminó al mexicanoLavalle, ya no pudo evitar presumir de ese metal seguro en el pecho (se repartían dos bronces). La plata llegó con la victoria sobre el rusoCherkasov, y el oro se escapó en cinco sets contra el suizoMarc Rosset, del cual nunca más supo. "Debe de estar como un tonel y tomando cervezas, seguro", bromea Arrese, que se mantiene como un pincel.

Las gradas metálicas delVall d'Hebronde Barcelona retumbaron como nunca en aquella final, que Arrese no ha visto repetida. Pero tiene el recuerdo muy claro. Duró más de cinco horas. "Pero la perdí en 10 minutos". Los que van de ceder el desempate de la primera manga y ponerse 1-0 abajo en la segunda. Arrese luchó lo indecible, remontó dos sets abajo y un 4-1 en el quinto, pero sucumbió por 7-6 (7-2), 6-4, 3-6, 4-6 y 8-6. El patito feo, sin embargo, había sido el mejor de los españoles y había superado el calvario de los meses previos, cuando los insistentes rumores apuntaban a queCarlos Costa(entonces Top 10) ocuparía su plaza. "Pero Carlos siempre dijo que, si era en mi lugar, él no entraría", agradece Jordi, que como capitán de laCopa Davis(una final en 2003 y un título en 2004) aplicó siempre la justicia que a él se le negó. "No tengo ninguna duda de que fuimos, conAvendañoyPerlas, los capitanes más justos que ha tenido la Davis".