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Carlota Corredera: "'Sálvame' ha contribuido a la paz social"

Carlota Corredera: "'Sálvame' ha contribuido a la paz social"

Carlota Corredera: "'Sálvame' ha contribuido a la paz social" / periodico

Núria Navarro

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'Sálvame' –versión 2.0 del conciliábulo de portería– es ese programa que todo el mundo jura no ver. Pero <strong>Carlota Corredera</strong> (Vigo, 1974), que lo ha dirigido durante siete años y desde hace cuatro salta a la pista en calidad de domadora de fieras, saca pecho. Lo defiende como a su recién descubierto feminismo, brújula del libro de entrevistas 'Hablemos de nosotras' (Grijalbo).

–¿Y esta conversión paulina?

–Ya ve. El 8 de marzo del 2018 descubrí que feminismo es igualdad y no supremacía. 

–¿Ha sufrido en carne propia la violencia sexista?

–No. Ni física ni verbal, pero no hay mujer de 45 años en este país que no conozca a algún baboso o a alguien con poder que deje muy claro que tu futuro está en sus manos.

–Suerte que tiene carácter.

–Pues hubo una época en la que aprendí que adoptar un perfil bajo era la mejor opción. Tener carácter y ser, no quiero decir brillante, pero sí alguien que destaca, a veces molesta. Tengo la suerte de que mi marido [Carlos de la Maza] me quiere tal como soy, con mi carácter y mi éxito profesional.

–Él trabaja detrás de las cámaras. Usted estaba ahí y eligió estar delante.

–Lo hice para poder conciliar. No me he perdido ningún momento interesante de Alba en cuatro años. Eso compensa todos los 'haters' y los palos.

–A polígrafo encendido, ¿diría que es usted un referente?

–Creo que sí. Primero, por haber sido espejo de la lucha contra el peso [publicó 'Tú tambien puedes. Cómo conseguí perder 60 kilos y ganar salud']; pero también porque soy fruto de la cultura del esfuerzo. Fui buena estudiante y soy una curranta. Durante mucho tiempo renuncié a mi vida personal por el trabajo.

"Me da bastante rabia el 'patanegrismo', ese que marca qué programa es de 'serie A' y qué, de 'serie B'"

–Muchos se esfuerzan sin resultados. Quizá tuvo suerte.

–Aproveché lo que me llegaba. Yo le digo a las niñas –está demostrado que a partir de los 6 años pierden autoestima– que no se pongan límites porque, a través del trabajo y del esfuerzo, se pueden cumplir los sueños.

–Seguramente, no les recomienda ver 'Sálvame'.

–Yo hago un programa de entretenimiento para adultos de cinco horas. Me da bastante rabia el 'patanegrismo', ese que marca qué es de 'serie A' y qué, de 'serie B'.

–La propia madre de Jorge Javier Vázquez confiesa que preferiría verle en un telediario.

–Mi madre, que es mi referente principal, considera que entretener es un trabajo muy digno. Nosotros no pretendemos evangelizar a nadie. 

–Los gritos, la aspersión de veneno, el escrutinio de las asaduras... 

–Cuando empezamos el programa, España estaba muy jodida. Había mucha gente en precario, sin red, sin esperanza. Estoy convencida de que 'Sálvame' contribuyó a la paz social en un momento dado.

–Caramba.

–Es más, si 'Sálvame' dejara hoy de emitirse, los centros de salud de este país se colapsarían. Buscamos que la gente se olvide de sus problemas durante cinco horas y lo conseguimos. La televisión se ha 'salvamizado' en este tiempo y nadie quiere reconocerlo.

–¿Abrir/se en canal está bien?

–Abrirse en canal es sanador.

"Mi madre se quedó viuda a los 44 años y a los 45 perdió a un hijo, pero levantó la persiana para que pudiéramos vivir"

–El impudor se da por sentado.

–Yo tengo pudor. Pero también soy muy extrovertida y me parece higiénico no guardarse las cosas.

–De todas sus 'fieras', ¿quién le parece ejemplar?

–Ninguno presume de tener una vida ejemplar. Casi todos somos supervivientes. Pero si alguien me conmueve por su capacidad de superación es Belén Esteban. Salir de sus adicciones y mantener su magnetismo durante tanto tiempo me parece increíble.

–Usted ha superado unas cuantas cosas también.

–Mi madre, la persona más íntegra y valiente que conozco, se quedó viuda a los 44 años y a los 45 perdió a un hijo. Pero al día siguiente levantó la persiana de casa para que mi hermano y yo siguieramos viviendo. Si ella no hubiera levantado la cabeza, nos habríamos quedado en el camino. No soy católica, pero el cuarto mandamiento es sagrado para mí.

–Para este año 20, entre fama, dinero y respeto, ¿qué se ha pedido?

–Respeto, sin duda.

–Me lo temía.

–La fama no me interesa. Y sé perfectamente lo que es no llegar a fin de mes porque soy hija de la reconversión naval de Vigo. El dinero me importa en la medida en que pueda dar bienestar a los míos cuando cierro la puerta.