La sombra del espionaje chino se suma a la supuesta trama rusa de los ultras alemanes

La detención de un colaborador del eurodiputado y cabeza de lista para las elecciones europeas de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Maximilian Krah, ha añadido presión sobre este partido, en medio del goteo de informaciones periodísticas que le comprometen como presunto cómplice de las redes de desinformación del Kremlin. "Me he enterado por la prensa de la detención de mi colega Jian Guo", afirmó a través de su cuenta en la red social X Krah, mientras desde Alemania se sucedían las informaciones sobre ese caso. "Espiar para un estado extranjero es una acusación muy grave. Si las acusaciones son ciertas, cesará de inmediato la relación laboral", añadió Krah.

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La reacción del eurodiputado fue prácticamente simultánea a la de la titular alemana del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, instándole a asumir "responsabilidades". La misma ministra había informado el día anterior de la detención de dos ciudadanos alemanes por presunto espionaje al servicio de China, a lo que siguió un tercer caso ese mismo día. La Fiscalía general ha asumido las investigaciones, como ocurre en Alemania para casos de terrorismo o de amenazas graves para la seguridad del país.

Entre la cúpula de la AfD crecía el nerviosismo a medida que circulaban estas informaciones. Su dirección convocó a Krah a una reunión de crisis para el mismo martes por la noche, con la perspectiva de comunicar lo acordado el miércoles por la mañana, a más tardar.

Jian Guo, de 43 años, fue detenido en Dresde (este de Alemania) bajo sospecha de haber proporcionado a Pekín información no solo sobre opositores chinos, sino también sobre el Parlamento Europeo (PE), según aseguran tanto la televisión pública ARD como el semanario 'Der Spiegel'. Presuntamente fue el sospechoso quien ofreció hace ya unos años sus servicios a China.

Este caso, como los de las detenciones del día anterior, ha salido a relucir pocos días después del viaje a China del canciller Olaf Scholz, al frente de una abultada delegación de empresarios alemanes. Era la segunda gira de estas características de Scholz desde que accedió al poder, en 2021. 'Der Spiegel' sacó asimismo a relucir estos días unas informaciones según las cuales el gigante alemán de la automoción Volkswagen había sido desde 2010 objeto de espionaje sistemático por parte de 'hackers' chinos.

Presiones sobre el partido

Para Faeser, el asunto del presunto espía y colaborador de Krah es "extremadamente grave". La ministra, como el conjunto del espectro parlamentario alemán, ha venido instando a la AfD alemana a aclarar las sospechas difundidas en las últimas semanas sobre presunta corrupción por parte de Krah y del segundo de la lista para los comicios europeos, Petr Bystron. Las sospechas parten de la participación de ambos políticos en plataformas afines al Kremlin. No se trata solo de vínculos de la AfD con las redes de desinformación rusas que supuestamente tratan de incidir en las elecciones europeas, sino que además habrían recibido dinero en metálico.

Ambos políticos han rechazado reiteradamente esas acusaciones, mientras que la cúpula de la AfD les expresó hasta ahora su respaldo.

La detención del colaborador de Krah saltó mientras en Estrasburgo se celebraba un plenario del Parlamento Europeo, el último de esta legislatura. Desde las filas de los Verdes se apremiaba a que la AfD aclare "si sus candidatos han trabajado o no favor de Rusia y de China". Para la formación ecologista, está claro que el partido ultraderechista es "un peligro para la democracia".

La AfD ocupa la segunda posición en intención de voto de cara a las europeas, tras la oposición conservadora. En las últimas semanas ha perdido algo de ímpetu y se le pronostica ahora un 18%. En marzo estaba por encima del 20%, 10 puntos por debajo del bloque conservador y cinco por encima de los socialdemócratas de Scholz.