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La muerte de los cooperantes de José Andrés evoca la matanza de la Flotilla de Gaza: “La cubierta se tiñó de rojo”

En 2010, la Marina hebrea asaltó seis buques que querían romper el bloqueo de la Franja con 10.000 toneladas de ayuda y mató a 10 activistas

Un barco de la marina israelí intercepta en aguas internacionales a un grupo de barcos que transporta ayuda humanitaria para Gaza. Una decena de personas murieron y al menos otras 30 han resultado heridas

Un barco de la marina israelí intercepta en aguas internacionales a un grupo de barcos que transporta ayuda humanitaria para Gaza. Una decena de personas murieron y al menos otras 30 han resultado heridas / URIEL SINAI

Mario Saavedra

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Laura Arnau dormía cuando, a la una y media de la madrugada del 31 de mayo de 2010, soldados de la Marina de Israel comenzaron el abordaje del barco Mavi Marmara. Formaba parte de un grupo de seis buques que pretendía llevar 10.000 toneladas de ayuda humanitaria a Gaza y romper el bloqueo por tierra, mar y aire que Israel había impuesto tras la victoria electoral del partido islamista Hamás unos años antes. 

“Recuerdo que vino a despertarme un compañero y me dijo que había llegado la hora, que se acercaban los comandos con sus lanchas rápidas”, rememora la activista catalana. “Recuerdo, por supuesto, el abordaje por mar y aire [desde helicópteros], que estuve grabando con mi cámara: parecía una película de guerra. El ruido de disparos, los suelos verdes volviéndose rojos, y una unidad en la tripulación que se coordinaba para proteger a unos y salvar a otros”.

31/05/2010. Captura de un vídeo que muestra a miembros de las fuerzas israelíes sobre un barco turco de la Flotilla de la Libertad.

31/05/2010. Captura de un vídeo que muestra a miembros de las fuerzas israelíes sobre un barco turco de la Flotilla de la Libertad. / CIHAN

Parte de la tripulación se resistió, golpeando con palos a los asaltantes. Aislaron a varios de los marinos israelíes. Se vieron imágenes de algunos de ellos ensangrentados en el suelo. Luego, los soldados comenzaron a abrir fuego. Mataron a ocho cooperantes y un periodista de la Flotilla; otro activista más moriría tras un largo período en coma. Cinco de los que perdieron la vida fueron tiroteados en la cabeza y a corta distancia, según la autopsia. Un joven de 19 años, Fulkan Dogan, de doble nacionalidad turco-estadounidense, murió tras recibir cinco balazos a menos de 45 centímetros en la cara, en la parte posterior de la cabeza, en las piernas y en la espalda. Algunos tenían hasta seis disparos de balas de 9 mm, todo según el informe del Instituto Turco de Medicina Forense. En la Flotilla había personas de todo el mundo: tres españoles, varios australianos, alemanes y estadounidenses. También había dos israelíes. Pero la mayoría eran turcos. 

“Por encima de todo, lo que recuerdo de aquella noche es el racismo que vivimos en el barco, cuando a los europeos y americanos nos sentaron en sillas y, en cambio, a los turcos y árabes los arrodillaron en el suelo”, añade Arnau. 

Escándalo internacional

La matanza en aquella Flotilla de la Libertad reverberó en todo el mundo. Se sucedieron las condenas. Se abrió una investigación en Naciones Unidas. Turquía retiró a su embajador en Tel Aviv. 

En España, se presentó una querella contra Benjamín Netanyahu, que entonces ya era primer ministro de Israel y contra su ministro de Defensa, Ehud Barak, además de otros seis altos cargos. Tras una batalla legal de cinco años, y a consecuencia de cambios sustanciales en la jurisdicción universal española, el caso entró en vía muerta. La Audiencia Nacional anuló las fichas policiales de Netanyahu y los otros siete querellados.

En la arena internacional, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU llevó a cabo una investigación y concluyó que se trató de un asalto violento de un barco civil en aguas internacionales que se había llevado a cabo “con un nivel inaceptable de brutalidad”.

31/5/2010. Soldados israelíes interceptan a uno de los barcos que transporta ayuda humanitaria para Gaza.

31/5/2010. Soldados israelíes interceptan a uno de los barcos que transporta ayuda humanitaria para Gaza. / URIEL SINAIPOOL

En 2014, la fiscalía de la Corte Penal Internacional dijo que los actos cometidos por los soldados israelíes constituían un “crimen de guerra” porque los activistas eran civiles que estaban en aguas internacionales y los amparaba la legalidad internacional. El alto tribunal rechazó las alegaciones israelíes de que actuaron en legítima defensa: “A las personas que perdieron la vida se les disparó repetidamente en la cabeza, cuello y pies, y a cinco personas por lo menos las mataron disparándoles desde muy corta distancia”, afirmó la fiscal general de La Haya, Fatou Bensouda. 

Ni las querellas en España ni en La Haya consiguieron condena alguna.

Escudos humanos españoles

En 2011 se montó otro grupo de 14 barcos que intentó salir rumbo a Gaza. “De los 14 barcos, 12 nos los secuestró el Gobierno griego”, explica a El Periódico de España, del mismo grupo editorial, el eurodiputado de Izquierda Unida Manu Pineda. “El nuestro, el Guernica, fue bloqueado en el puerto de Creta porque, tras las presiones israelíes, los griegos pusieron un barco militar delante. Tuvimos que hacer incluso una huelga de hambre y ‘ocupar’ la embajada española en Atenas hasta conseguir que nos lo devolvieran”. 

Finalmente, dos barcos, uno de bandera canadiense y otro irlandesa, viajaron hacia la zona para intentar romper, sin éxito, el bloqueo a Gaza.

Pineda viajó entonces por su cuenta a la Franja, y consiguió entrar. “La gente de Gaza estaba agradecidísima, los niños habían hecho réplicas de los barcos de la Flotilla y los ponían en el puerto”, recuerda. 

Se quedó tres años, y vivió la ofensiva de 2014, la peor hasta la actual. Entonces, tras el asesinato de dos adolescentes palestinos y de otros tres israelíes, Israel lanzó una ofensiva contra Gaza. Murieron más de 2.000 palestinos, en su mayoría civiles, según Naciones Unidas; y 70 israelíes. 

“Yo estuve de escudo humano en un hospital. Bombardearon 55 ambulancias. La nuestra no porque sabían en la que íbamos los dos internacionales”, explica Pineda. “Un día, Israel nos dio media hora para desalojar un hospital. Tuvimos que sacar a los enfermos apilados, 17 en dos ambulancias, y varios se murieron en el traslado. Los bombardeos tienen como consecuencia una experiencia que espero no vivir nunca más: la de sacar cuerpos destrozados bajo los escombros. He visto la muerte de 38 miembros de una misma familia”

Nueva flotilla

Ahora, la Coalición Internacional por la Flotilla de la Libertad (FFC, por sus siglas en inglés) lanzará una nueva misión hacia Gaza a mediados de abril, con varios buques que transportarán 5.500 toneladas de ayuda humanitaria y cientos de observadores internacionales de derechos humanos. Se embarcarán más de una decena de españoles, según Rumbo a Gaza, la organización en nuestro país. 

El objetivo es desafiar el bloqueo israelí de la Franja, que está provocando una hambruna sin precedentes. En la Coalición participan grupos de Estados Unidos, Canadá, Italia, Turquía, Grecia. Noruega, Suecia y Sudáfrica, además de España.

El viaje se hará sin solicitar permiso al Gobierno israelí y sin coordinarse con su Ejército. Se ha hecho público dos días después de que las Fuerzas de Defensa de Israel mataran a siete cooperantes internacionales de la organización World Central Kitchen (WCK) del cocinero José Andrés que distribuían raciones de comida en el norte de Gaza.

Al menos cuatro muertos cuando un ataque con misil alcanzó el convoy de World Central Kitchen en Deir al Balah.

Al menos cuatro muertos cuando un ataque con misil alcanzó el convoy de World Central Kitchen en Deir al Balah. / MOHAMMED SABER

Los voluntarios murieron por las explosiones de tres misiles lanzados contra los coches en los que viajaban. El asunto ha generado un auténtico terremoto en Estados Unidos. Tel Aviv se ha disculpado y ha destituido a dos de los mandos responsables. La guerra de Israel en Gaza se ha cebado con los trabajadores humanitarios: casi 200 han muerto en seis meses.

“Hay una gran diferencia entre el ataque a WCK y el ataque a la Flotilla, y es que WCK colaboraba con el gobierno israelí y las Fuerzas de Defensa de Israel tenían las coordenadas exactas de sus trabajadores en todo momento. Israel en este caso asesinó a los que ellos llamaban ‘los buenos’”, opina Arnau. “En el caso de la Flotilla, desde el principio de nuestras misiones se nos intentó criminalizar y crear una corriente de opinión mundial en nuestra contra. Nos llamaban la Flotilla de Hamás o la Flotilla del terror”.

El fantasma de aquellos hechos sobrevuela la nueva misión. ¿Se producirá un nuevo abordaje armado? “Por nuestra parte no se verá ninguna actitud violenta”, explica a este diario Santiago González, uno de los activistas que viajará en uno de los dos barcos. "Unas 500 personas llegaremos a Estambul unos días antes de zarpar para recibir allí cursos de adiestramiento en resistencia pacífica”.